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Presupuesto 2021: ¿Un mal momento para subir la dependencia de los bonos?

El presupuesto descansa en la colocación de bonos en momentos en que los escenarios no son favorables.

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El proyecto de Presupuesto General de Ingresos y Egresos del Estado para el Ejercicio Fiscal 2021 se presenta en un escenario poco común, derivado de la profunda crisis económica mundial causada por la pandemia del covid-19.

Como resultado de lo anterior, el gasto estatal tuvo un incremento importante, tanto por el lado de inversión como por el del funcionamiento, lo que aumentó también los niveles de endeudamiento, especialmente de orden interno.

El proyecto de Presupuesto General de Ingresos y Egresos del Estado para el Ejercicio Fiscal 2021 asciende a Q99 mil 700 millones. Los gastos totales ascenderían a Q95 mil 607.5 millones. Adicionalmente, contempla Q4 mil 92.5 millones que se dedicarían al pago de obligaciones.

El presupuesto total se financiaría en un 61.6% con ingresos tributarios, cuyo nivel equivaldría a una carga impositiva de 10%. Como ha sido recurrente —y exacerbado por las circunstancias derivadas de la pandemia—, el resultado de los ingresos corrientes sería menor que el presupuesto de gasto, lo que produciría un déficit fiscal de Q30,120.9 millones, que sería equivalente a 4.9% del PIB.

En el proyecto de presupuesto se prevé que los ingresos tributarios alcanzarán en 2021 los Q61,426.1 millones. Desde un punto de vista técnico y de promoción de la transparencia, se considera indispensable que se explicite de dónde se espera lograr ese dinero. En todo caso, dichos ingresos adicionales deberían explícitamente formar parte de las metas de recaudación de la SAT.

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Acabar con la sobreestimación de ingresos

Es importante tomar en cuenta que, muy frecuentemente, en presupuestos pasados ha habido importantes fallas, por las sobreestimaciones de ingresos que se presentan.

La carga tributaria, después de haber alcanzado un máximo de 12.1% del PIB en 2007, ha venido mostrando una tendencia decreciente. De hecho, para 2020 se consigna en el proyecto un incremento en dicho indicador; sin embargo, tomando en cuenta los datos observados, se estima que, lejos de crecer, la carga tributaria se estaría reduciendo nuevamente.

En descargo de lo anterior es importante señalar que, en el marco de la pandemia de covid-19, el Estado se ve compelido a seguir apoyando la reactivación económica, en un marco de menores ingresos tributarios, por lo que se justificaría un mayor nivel de gasto —especialmente de inversión— y, por ende, un déficit fiscal mayor a los que se venían observando antes de la pandemia. Lo que es importante es que se tenga claridad de la necesidad de ir corrigiendo estos desequilibrios fiscales en el tiempo, a fin de retornar a niveles sostenibles.

Financiar el déficit

Según el proyecto de presupuesto, el déficit fiscal previsto —del orden de los Q30,120.9 millones— se cubriría principalmente con financiamiento interno neto por Q30 mil 850.1 millones, de los cuales, Q29 mil 284.4 millones corresponderían a endeudamiento interno y a uso de caja por Q1 mil 565.7 millones.

Es importante hacer notar que los recursos que se encuentran en la caja también provienen de un proceso de endeudamiento, ya que son resultado de niveles importantes de colocaciones de bonos que el Estado ha efectuado, por lo que no se pueden considerar como ahorros presupuestarios derivados de algún superávit fiscal.

El déficit fiscal implica la necesidad de contar con un financiamiento que incrementa la deuda pública, lo cual, a su vez, implica que cada año aumente el pago de capital y los intereses de dicha deuda. Esto, aunado a que existe un aumento creciente del gasto destinado a funcionamiento, se traduce en que cada año se dificulte asignar recursos para la inversión real directa.

Para el ejercicio fiscal 2021, el aumento de la deuda pública contemplado en el proyecto de presupuesto asciende a Q28 mil 555.2 millones, resultado de un incremento neto de la deuda interna por Q29 mil 284.4 millones y una reducción de la externa por Q729.2 millones.

El riesgo de descansar en bonos

El financiamiento del presupuesto planteado descansa en la colocación de bonos, lo cual entraña el riesgo muy probable de enfrentar condiciones financieras menos favorables —plazos más cortos y tasas de interés más elevadas— y más volátiles que las que suelen obtenerse en los préstamos de organismos financieros internacionales. Tomando en cuenta eso, se considera prudente tomar algunas medidas para minimizar tal riesgo: por ejemplo, una proporción del cupo de bonos a ser autorizados podría emitirse en los mercados internacionales —buscando mejores tasas y plazos, aunque, en este caso, debe tomarse en cuenta el riesgo cambiario que implique—.

Si bien el porcentaje indicado del total de la deuda pública —36.3% del PIB— es significativamente más bajo que el nivel que presenta el resto de los países de Latinoamérica, el monto de la deuda ha venido aumentando de forma sostenida y en 2020, por las necesidades de financiamiento extraordinario, dicho indicador tuvo un incremento importante.

Tanto el Fondo Monetario Internacional como el Banco Mundial alientan a los países a utilizar el MSD o un marco parecido como primer paso para trazar una estrategia de endeudamiento a mediano plazo.

A la vez, alientan a los acreedores a tomar en consideración los resultados de las evaluaciones de sostenibilidad de la deuda a la hora de aprobar sus préstamos. Se recomienda que el Minfin solicite a los organismos internacionales indicados, una evaluación integral del nivel de endeudamiento del país.

Extracto del texto: Opinión sobre el proyecto de Presupuesto General de Ingresos y Egresos del Estado para el Ejercicio Fiscal 2021, de la Alianza Técnica de Apoyo al Legislativo -ATAL