Revista D

Cómo las nutrias viven en Guatemala y cuáles son los peligros que enfrentan

A partir de 2014, el último miércoles de mayo se celebra el Día Internacional de la Nutria con el fin de hacer conciencia sobre la importancia de estas especies para los ecosistemas acuáticos, informar sobre las amenazas que enfrentan y educar en cómo protegerlas.

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Las nutrias o perros de agua tienen un lustroso pelaje y unas características peculiares que le convierten en una especie relevante en  el ecosistema.  (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Las nutrias o perros de agua tienen un lustroso pelaje y unas características peculiares que le convierten en una especie relevante en el ecosistema. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Las nutrias son un grupo de carnívoros semiacuáticos que pertenecen a la subfamilia Lutrinae y que habitan en todos los continentes del mundo, con excepción de Antártida y Australia.

Este grupo cuenta con 13 especies de nutrias, las cuales están incluidas en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), porque sus poblaciones se encuentran en declive.
Todas las especies de nutrias son similares físicamente, pues su pelaje es de color café oscuro o negro en el dorso y un poco más claro en el vientre; tienen bigotes, cola larga y patas palmeadas. Sin embargo, algunas especies tienen diferencias físicas o comportamentales muy notorias.

Por ejemplo, Lutra lutra, o nutria euroasiática mide entre 1 y 1.2 metros de longitud y pesa de 15 a 22 libras. La nutria gigante Pteronura brasiliensis llega a medir hasta 2 metros de largo y pesa 70 libras. Estas últimas son sociales y se encuentran en grupos de hasta 20 animales. La más pequeña de las nutrias que se ha identificado es Aonyx cinereus; mide cerca de 80 centímetros de largo y pesa menos de ocho libras.

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La nutria de río neotropical o perro de agua

La única especie que se encuentra en Guatemala es Lontra longicaudis. En Guatemala la llaman perro de agua o tzi ha. Habitan en casi todo el país y se limita su distribución por la pendiente dentro de los cuerpos de agua.

Esto se debe a que en lugares poco profundos y con mucha pendiente no pueden bucear para pescar, que es su principal técnica de captura de presas.

La investigación que se ha llevado a cabo con esta especie en Guatemala es escasa y, por lo tanto, es poco lo que se sabe sobre la especie y su estado de conservación en el país. En el 2013 se publicó un informe sobre la distribución de la especie, el cual incluye la propuesta de una estrategia para su conservación a nivel nacional. Dicho estudio fue patrocinado por la Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología de Guatemala; sin embargo, la estrategia de conservación no fue oficializada ni socializada por falta de fondos para su seguimiento y aprobación.

Los perros de agua en Guatemala se alimentan en su mayor parte de peces de tamaño mediano y que no se mueven mucho, como las mojarras de río u otros del grupo de los cíclidos. Esto ha generado conflicto con algunas personas que consideran que las nutrias compiten con ellas por la pesca. Incluso algunos productores de tilapia las señalan de robar los peces de los estanques. Según un estudio efectuado por la bióloga guatemalteca Bárbara Escobar Anleu, los productores de tilapia perciben que las nutrias consumen más peces de los estanques de lo que en realidad lo hacen.

 

El valor ecológico del perro de agua

Los depredadores como el perro de agua pueden prestar servicios a las personas que muchas veces no se notan a simple vista. Por ejemplo, se alimentan de los peces más lentos y débiles y posiblemente enfermos, protegiendo a los otros de ser infectados. En los ecosistemas naturales existen especies que son más dominantes que otras y, por lo general, las dominantes tienden a desplazar a las menos agresivas. Esto puede llevar a la desaparición de estas últimas. Sin embargo, los depredadores tienden a alimentarse de estas especies abundantes, lo que reduce la presión de competencia que existe entre las presas. Esta es una ventaja para las personas que se dedican a la pesca, pues terminan capturando a los peces más sanos y de distintas especies.

En Guatemala, varias especies de peces no nativos han sido introducidos en algunos casos a propósito y, en otro, de manera accidental. Los perros de agua han incluido estas nuevas presas en su dieta. Es posible que los perros de agua y otros depredadores, como el cocodrilo o las aves pescadoras, estén protegiendo nuestros sistemas acuáticos de mayores impactos ecológicos que las especies introducidas podrían provocar.

Una especie que los perros de agua han aprendido a consumir son los peces diablo. Según un estudio elaborado por uno de los autores de este artículo, en el río La Pasión, Petén, se encontraron restos de pez diablo en 27 por ciento de los excrementos del perro de agua colectados durante el 2010. En el 2015, la frecuencia de consumo aumentó y se hallaron restos de pez diablo en un 90 por ciento. Asimismo, la frecuencia de consumo del pez diablo en el río San Pedro, en el Parque Nacional Laguna del Tigre, es bastante elevada.

La tilapia también es consumida por el perro de agua y se detectan restos de este pez en un 20 por ciento del excremento colectado en el río Mopán, Petén, y en un 74 por ciento en Santa Cruz Quixayá, Sololá. Así, el consumo de estas especies de peces no nativas por los perros de agua podría contribuir a la protección de las poblaciones de mojarras nativas y otros peces de importancia comercial, ecológica y cultural en Guatemala.

Tzií-ja o perro de agua en el Zoológico La Aurora, en Guatemala.  Guatemala. (Foto prensa Libre: Esbin García)

Las amenazas que enfrenta el perro de agua

De 1940 a 1970 el perro de agua fue de las especies más cazadas por su piel, pero desde 1973 esta especie fue incluida en el Apéndice I de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites) lo que frenó su cacería.

En Guatemala, el perro de agua se encuentra en la Categoría 1 (especies en grave peligro de extinción) de la Lista de Especies Amenazadas (LEA) del Consejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap). No obstante, enfrenta otras amenazas, como la cacería, debido a la competencia por el recurso pesquero, el deterioro del hábitat por la deforestación, minería y construcción de represas, así como por el tráfico ilegal de crías como mascotas y la contaminación del agua.

En relación con la contaminación del agua, en fechas recientes se han reportado nuevas amenazas químicas para la nutria euroasiática (L. lutra), como los perfluoroalquilos y los polifluoroalquilos (PFAS) que son utilizados para combatir fuegos, aislantes y en diversos productos de limpieza o en contenedores de alimentos o productos industriales. De igual manera, se identificaron concentraciones crónicas de glifosato en mamíferos acuáticos en Florida. El glifosato es uno de los herbicidas más utilizados en los cultivos a nivel mundial y Guatemala no es la excepción.

Conservación e investigación de la especie en el país

Según la UICN, en la actualidad las poblaciones de la nutria neotropical se encuentran en declive. Además, los estudios sobre los perros de agua en Guatemala son pocos, por lo que existen vacíos de información, como cuáles son las amenazas de los compuestos químicos que se encuentran presentes en los cultivos del país y cómo pueden mitigarse.

Hasta el momento, solo se cuenta con un programa de monitoreo de la especie, el cual es dirigido por uno de los autores de este artículo en la cuenca del río Usumacinta. Asimismo, otro autor de este artículo está realizando un estudio sobre la distribución y la dieta de esta especie y las percepciones que tienen las personas sobre esta y su hábitat en la cuenca tripartita del río Hondo, de la cual Guatemala forma parte con la subcuenca del río Azul.

Es necesario que la investigación sobre el perro de agua se lleve a cabo en otras regiones del país, y que nuevos y más científicos se sumen a la investigación mediante la utilización de diversas aproximaciones.

Alimento

Las tilapias (“Oreochromis sp.”) son mojarras de origen africano que en Guatemala se han utilizado para la producción industrial y artesanal.

También han sido erróneamente utilizadas para repoblar cuerpos de agua naturales, y pueden llegar a competir con las mojarras guatemaltecas. Estas iniciativas, aunque en muchas ocasiones bien intencionadas, pueden provocar impactos en la estructura de los ecosistemas del país, poniendo en riesgo a algunas especies nativas. En la actualidad es común que al ir a comprar mojarra en realidad den tilapia y no las mojarras nativas y tradicionales como chumbimba (Vieja maculicauda) de Río Dulce.

Los peces diablo (“Pterygoplichthys sp.”) son bagres de escamas acorazadas de origen amazónico que han sido ampliamente utilizados en acuarios como peces ornamentales.

El perro de agua como parte del arte urbano en San Felipe de Lara, Izabal, Guatemala.  (Foto Prensa Libre: Fabioiola Corona)

En Guatemala han sido reportados en el Usumacinta y sus ríos tributarios, tan lejos como laguna Lachuá, en Alta Verapaz, y en el canal de Chiquimulilla en la costa del Pacífico.

Esta especie se ha reportado en al menos 21 países alrededor del mundo como una especie no nativa y se anota que provoca diversos impactos como la depredación de huevos de otros peces, la erosión del suelo de las orillas de los cuerpos de agua y el acoso a manatíes que se encuentran descansando.

Nuestros perros de agua en las colecciones biológicas

Existen un par de ejemplares que se encuentran depositados en colecciones biológicas del extranjero.

Una de estas es la Colección de Mamíferos de la Universidad de Kansas, en Estados Unidos, donde tienen almacenado un cráneo de nutria recolectado en un río de Petén. La otra colección es el Museo de Museo de Historia Natural de la Universidad de Yale, que almacena un esqueleto de nutria recuperado en un río de San Marcos.

Cráneo de perro de agua. (Foto: University of Kansas Biodiversity Institute’s Mammal Division)

*Diego Juárez Sánchez, Biól., M.Sc., Candidato a PhD y Mildred Fabiola Corona Figueroa, Biól., M. Sc., Candidata a PhD. Departamento de Ecología y Conservación de la vida silvestre, Universidad de Florida. Instituto de investigaciones Centro Universitarios de Zacapa, Universidad de San Carlos de Guatemala. Departamento de Sistemática y Ecología Acuática, El Colegio de la Frontera Sur. Centro de Datos para la Conservación, Centro de Estudios Conservacionistas, Universidad de San Carlos de Guatemala.

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