Como él, hay miles de guatemaltecos que usan esa red social como galería de arte virtual. En algunas ocasiones se encuentran auténticas joyas.
Instagram nació en julio del 2010 en una pequeña oficina en San Francisco, California, cuando sus creadores subieron la primera foto, la cual, en realidad, no tenía nada especial. Se trataba de un perro y una chancleta en una imagen cuadrada, pero con aire vintage.
Tres meses después —octubre 6 de ese año— se lanzó de forma oficial. Desde entonces, su crecimiento ha sido impresionante. Tanto así que en 77 días ya contaba con un millón de usuarios —en ese entonces, la aplicación era exclusiva para el sistema operativo de los teléfonos iPhone. Fue hasta abril del 2012 que se lanzó para Android—.
Pronto, Facebook puso los ojos en esa compañía y la compró hace poco más de dos años por US$1 mil millones. La fotografía, desde entonces, se masificó. “Más bien, se democratizó”, dice el guatemalteco José Pablo Anleu, mercadólogo, publicista y fotógrafo profesional que comparte sus imágenes en esta red social. Su cuenta, de hecho, es una de las más influyentes, pues tiene 65 mil 300 seguidores (@jpanleu).
“Una de las claves para que Instagram sea exitosa es que permite que los usuarios interactúen”, refiere. “Esta red abrió la oportunidad para muchas personas, pues ahora, con un celular, pueden exponer sus imágenes”, añade @monodelespacio, otro de los pesos pesados del Instagram que “transmiten” desde Guatemala. Su cuenta tiene casi 89 mil seguidores.
Este año, @jpanleu, @monodelespacio y @tavodamo —este último es Gustavo Dávila— expusieron algunas de sus fotografías “instagrameras” en el prestigioso Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMa, en inglés), durante un evento de Arquitectura de Latinoamérica. Para ello retrataron el Centro Cultural Miguel Ángel Asturias, aunque, claro, desde perspectivas muy peculiares. El hashtag #ArquiMoMa les dio un impulso mundial.
“Instagram da herramientas, inspiración y motivación, pero pocas personas tienen el talento de hacer algo que, de verdad, se vea bien”, explica @tavodamo, quien tiene más de 19 mil 200 seguidores.
Con ello coincide Antonio Jiménez, editor de Fotografía de Prensa Libre, cuya cuenta institucional, @prensa_libre, brinda la oportunidad a los guatemaltecos de exponer sus imágenes a través de los hashtags #RetoInstagramPL y #MiLugarFavoritoPL. “Este país tiene jóvenes muy creativos, con un trabajo muy interesante”, expresa. Este matutino, además, comparte fotos que, por una u otra razón, quedan fuera de la versión impresa.
Por supuesto, los filtros han sido fundamentales para el crecimiento de esta red social. Hoy tiene poco más de 20. De esa cuenta, surgen frases como que “con la ayuda de Instagram, cualquiera puede ser fotógrafo”.
David Cifuentes (@visitguatemala), catedrático de Fotografía de la Universidad Rafael Landívar y de La Fototeca, rechaza tal frase al decir que “cualquiera puede tener una guitarra, pero no todos pueden ser músicos”, y añade que “si una foto no tiene composición, ni un tema específico, no se puede embellecer ni por más filtros que se le pongan”.
“Los filtros funcionan como complemento, pero una fotografía debe hablar por sí sola”, coincide @tavodamo.
A todo esto, ¿importa la cámara? Bueno, eso es relativo. Si el fotógrafo no tiene “buen ojo”, ni aunque tenga el mejor quipo podrá captar la espectacularidad de un instante, y menos transmitir emociones.
“Con una cámara sencilla se pueden hacer tomas impresionantes”, asegura Pablo Piloña (@ipablo33).
Hoy, gran cantidad de instagrammers comparten sus fotografías desde sus teléfonos móviles, los cuales cada vez se fabrican con mejores sensores. Otros tantos usan cámaras de bolsillo o profesionales.
¡El color!
Esa es una de las características de este país. Ese colorido está presente en los textiles, artesanías o en la naturaleza.
Eso lo aprovechan los fotógrafos. Uno de ellos es Nixon Lima (@nixonlimaphoto), quien alterna imágenes de lugares turísticos del país con otros que no son tan conocidos.
De eso también se encarga @timotigomez, cuyos montajes muestran, por ejemplo, fotos de flores con forma de huevos estrellados.
En tanto, Tirzah Balsells (@tirzah_balsells) basa sus imágenes en la espectacularidad de Alta Verapaz, donde reside.
Fredy García (@Fredy_Garcia_H) ha desarrollado un tipo de fotografía en la que combina perspectiva, calidez y, cuando es posible, crea fantásticas sombras.
En la fotografía de naturaleza también destaca @ipablo33, quien, de hecho, no usa filtros.
Otros instagrammers a seguir son @havihoffens y @sinmota, cuyas imágenes son dignas de observar.
En Guatemala, desde el 2013, se llevan a cabo los eventos Instameet GT, en los cuales los usuarios de la red social se reúnen para conocerse y compartir experiencias. El más reciente fue el 11 de julio pasado, en el sitio arqueológico Iximché, en Chimaltenango.
Las selfies
Hay que imaginar esta escena, en la que el Sol está por esconderse en el horizonte del lago de Atitlán. Muchos turistas están en la terraza de algún hotel para presenciar el espectáculo natural. Bueno, se supone que para eso han viajado desde lejos, pero no. Están ahí simplemente para agarrar un celular, tomarse una selfie y compartirla en las distintas plataformas sociales. Presenciar aquel bello momento es lo de menos.
Esa escena hace recordar la novela La fiesta de la insignificancia (2014), del checo Milan Kundera, en la cual hace sus observaciones en torno al ombligo, a la moda femenina de enseñarlo. “El ombligo es una llamada a las repeticiones. De modo que en nuestro milenio viviremos bajo el signo del ombligo”, escribe.
De hecho, eso es lo que sucede en la terraza de aquel hotel: puras repeticiones, con gente autorretratándose una infinidad de veces, en una obsesión por el yo, casi como una fiesta por la insignificancia y banalidad. “Hoy el ojo de Dios acaba de ser remplazado por la cámara”, escribe el mismo Kundera en La inmortalidad (1990), otro de sus libros.
“En algunos casos, son personas que buscan autoafirmación o aceptación”, indica la psicóloga Regina Fernández. “Es como querer decir ‘yo soy esta persona’ o ‘yo estoy aquí’, y lo publican en las redes para conseguir algo, por ejemplo, algún estatus social”, agrega.
Según estadísticas del sitio selfiecity.com, el cuatro por ciento del total de fotografías en Instagram son selfies. Aún parece bajo, pero cuando se piensa en la enorme cantidad de imágenes que se comparten al día (70 millones), significa que en tan solo 24 horas se postean alrededor de dos millones 800 mil autorretratos.
“El problema es que hay personas que creen que si tienen muchos “me gusta” es porque son más importantes. Pero ojo, que si no consiguen lo suficiente, podrían caer en depresiones”, comenta la especialista.
El instagrammer Carlos Rodríguez (@carlosr_gt) no ve nada malo o ridículo en hacérselas. En cambio, @monodelespacio dice un categórico “no se las hagan”.
Quizás la mejor opción sea no abusar de ese tipo de fotos. “Hay que saber cuándo guardar el teléfono y en qué momento disfrutar del presente”, zanja @jpanleu.
Con criterio
La inseguridad del país es uno de los factores que limitan la toma de fotografías con tranquilidad.
@Monodelespacio, sin embargo, indica que “no hay que ser prisioneros del miedo”.
“Simplemente hay que tener precaución y criterio del momento”, dice @jpanleu. “No hay que tomar fotos para parecer cool o para conseguir likes; lo que importa es transmitir historias, emociones. Eso es la fotografía”.
Influyentes
@davidrojasgt
David Rojas se dedica a la fotografía desde hace tres años. Su especialidad es capturar la “guatemalidad”. “Me gusta mostrar nuestras bellezas naturales, así como todo aquello que nos hace sentir orgullosos”, indica. En su cuenta, con unos 700 seguidores, publica imágenes que ha capturado con cámaras Nikon D3100 y 3200, Canon T3i y algunas compactas.
@nixonlimaphoto
La temática principal de Nixon Lima es el paisajismo, aunque también le llama la atención el arte del retrato. Para ello emplea una Nikon D3100. Hoy, su cuenta tiene alrededor de 270 seguidores. “El reto es buscar nuevas formas de fotografiar un mismo lugar; solo así se puede destacar”, refiere.
@jpanleu
José Pablo Anleu es uno de los instagrammers más influyentes del país (tiene más de 65 mil 300 seguidores). Aunque es fotógrafo profesional, en esa red social solo sube imágenes que capta con su teléfono celular, un iPhone 6.
Entre sus temáticas destacan retratos, paisajes, arquitectura o interacciones interesantes de color.
@visitguatemala
David Cifuentes viene de una familia de fotógrafos. Sus tíos abuelos eran dueños de un famoso estudio que se llamaba Foto París. Es catedrático de La Fototeca y de la Universidad Rafael Landívar.
Su cuenta, con 564 seguidores, es una especie de portafolio “relajado” de las imágenes que capta para sus clientes. Para esta red social emplea el celular iPhone y cámaras Nikon, Fuji y Olympus.
@timotigomez
La cuenta del escuintleco Timoti Gómez tiene 530 followers. La mayor parte de sus fotografías las capta con una Canon 70D. En algunas hace interesantes montajes, las cuales le dan ese toque de diferencia. “Hay que tratar de entender el mundo desde diferentes perspectivas, así como respetar las distintas visiones de los usuarios”, refiere.
@ipablo33
Los paisajes que retrata Pablo Piloña son increíbles. Hoy, su cuenta tiene más o menos dos mil 500 followers.
Sus instantáneas las ha capturado con un iPhone 6 Plus. El joven también es fundador y administrador de la cuenta @InstaGuatemaya_ (mil 141 seguidores), en la cual otros usuarios pueden compartir sus fotos que retraten las bellezas de Guatemala.
@monodelespacio
Es otro de los famosísimos instagrammers. No revela su nombre ni su rostro. Lo cierto es que sus fotografías son interesantes, con una excelente composición en las cuales, con su celular Sony A7 —eventualmente con un iPhone—, retrata sitios abandonados y elementos urbanos.
Su cuenta tiene más de 88 mil 800 seguidores. ¡Fenomenal!
@prensa_libre
Apenas se tienen cinco meses en Instagram, pero ya cuenta con más de seis mil 500 seguidores.
Aquí, nuestros lectores tienen la oportunidad de compartir sus imágenes. Nuestros fotógrafos también descargan las más interesantes de cada jornada.
@carlosr_gt
Carlos Rodríguez abrió su cuenta hace menos de un año, pero ya tiene alrededor de 560 seguidores. Su temática principal es capturar los momentos de aventura en cada uno de los sitios que visita. Esto lo logra con un Samsung Galaxy S5 o con una GoPro Hero 4.
@tavodamo
Gustavo Dávila, de solo 20 años, es otro grande del Instagram (19 mil 200 seguidores). Con su iPhone 4S retrata a sus amigos o familiares en lugares cotidianos pero desde ángulos distintos. Lo hace especial el hecho de que aprovecha al máximo todos los elementos disponibles, desde una pila de madera hasta un simple rayo de luz.
@tirzah_balsells
Tiene 21 años y es originaria de Alta Verapaz. De hecho, en ese departamento capta la mayoría de sus imágenes, las cuales comparte en su Instagram (más de 840 seguidores). Con los celulares Samsung Galaxy S4 o un iPhone 5S, así como con una cámara compacta Sony DSCWX100, la chica capta impresionantes fotos de la madre naturaleza.