¿Por qué es tan variada la geología de Guatemala?
Además de nuestro marco tectónico tan particular, Guatemala es un paraíso geológico en el que se encuentran los tres grandes grupos de rocas —ígneas, metamórficas y sedimentarias—, con una interesante historia geológica. Muchas de ellas se formaron en el mar antes de que emergiera nuestro territorio. Estas rocas, especialmente las calizas, se hayan en su mayoría en la parte norte en Alta Verapaz, Quiché, Huehuetenango, Izabal y Petén.
En el centro y oriente, adyacentes a la zona de falla del Motagua, y por lo tanto asociados al límite de las placas Norteamérica y del Caribe, afloran los cuerpos de rocas metamórficas en una franja que abarca montañas como las sierras de Chuacús y de Las Minas.
En muchos lugares se pueden encontrar ígneas, pero las que más abundan son las ígneas volcánicas, que son expulsadas por los colosos.
¿Qué relación tiene la geología con nuestras bellezas naturales?
Muchas son producto de la geología, por ejemplo, los volcanes, el monumento natural Semuc Champey, las cavernas de Alta Verapaz y Petén, y las Piedras de Captzín, en Huehuetenango, que tienen en común la disolución de rocas calizas. Los lagos, similares en belleza, tienen orígenes geológicos diferentes. El Petén Itzá, al igual que los cenotes de Huehuetenango, se originaron por la disolución de la roca caliza. El Lago de Izabal es una depresión tectónica limitada por fallas. El Lago de Atitlán, el de Amatitlán y la laguna de Ayarza están ubicados en calderas volcánicas colapsadas.
Nuestras montañas también son resultado de la historia geológica. Los Cuchumatanes, por ejemplo, la sierra no volcánica de mayor elevación en Centroamérica, se formó por enormes presiones generadas en la corteza terrestre debido al movimiento de las fallas geológicas.
¿Cuál fue el proceso de formación de los lagos?
Cada uno tiene un origen e historia propia. El Lago de Izabal, por ejemplo, se formó de una depresión tectónica que causó el movimiento de los bloques de la corteza a lo largo de una zona de falla, de manera que su geometría rectangular obedece a que se encuentra limitado por fallas. Los de Atitlán y Amatitlán y la laguna de Ayarza, entre otros, se formaron de calderas volcánicas colapsadas, lo cual originó sus formas, generalmente circulares, o de paredes abruptas —algunos, como el de Amatitlán, no ocupan toda la depresión circular—. Otros, como el de Petén Itzá, tienen orígenes muy diferentes. Este, por ejemplo, se formó porque las rocas calizas de la región se disolvieron lentamente generando dolinas o depresiones que pueden llegar a unirse o a formar depresiones mayores que son aprovechadas por el agua para formar un lago.
¿Cuándo y cómo se formó el territorio de Guatemala?
Estudiando las rocas descubrimos que nuestra historia geológica es compleja e interesante. La figura de nuestro país era diferente a como la conocemos hoy. Se cree que Guatemala comenzó a tomar su forma actual hace unos 20 millones de años. Antes de eso la mayor parte del territorio permaneció bajo el mar y los abundantes fósiles marinos dan cuenta de ello. Estos permiten reconstruir la historia, mucho más allá de la existencia del ser humano.
¿Cuáles son los fósiles más antiguos que se han encontrado en el país?
Algunos de los más antiguos son los fusulínidos, que son organismos microscópicos unicelulares que datan de hace, aproximadamente, 300 millones de años. También hay especies marinas en rocas que se formaron bajo el mar.
Después de emerger el territorio fue colonizado por plantas y animales terrestres, pues se han encontrado numerosos ejemplares fósiles de plantas y mamíferos, por ejemplo, los mastodontes que desaparecieron durante la última glaciación, de la cual hay evidencia en las rocas de los Cuchumatanes, en Huehuetenango.
¿Por qué Guatemala es geológicamente complejo?
Puede considerarse un laboratorio geológico natural mundial. En pocos países se experimenta la interacción de tres placas tectónicas. Estamos sobre dos: la de Norteamérica y la del Caribe. La zona de falla del Motagua es la que se considera el límite entre estas, y por ella discurre el río Motagua, donde se originó el terremoto de 1976. Hay otras fallas asociadas a estas placas como la de Cuilco-Chixoy-Polochic, por donde corren los afluentes de los mismos nombres, y la de Jocotán, Chiquimula.
¿Y la tercera?
Es la de Cocos, a unos 150 km de la costa sur, que converge con la del Caribe y se desplaza debajo de esta en una zanja de unos 6 km de profundidad llamada fosa Mesoamericana, que se extiende paralelamente a la costa del Pacífico, que origina nuestra cadena volcánica, debido a que cuando la placa de Cocos desciende bajo la del Caribe las rocas se funden en la profundidad y generan magma que asciende y sale a la superficie a través de los volcanes.
La mayor profundidad de la fosa Mesoamericana —un poco más de 6 mil 600 m— está en la frontera México-Guatemala, frente a la mayor elevación de Centroamérica, los volcanes de Tajumulco y Tacaná.