Una guatemalteca
Este año, en la categoría Cuerpo, fue premiada la empresa noruega Laerdal Global Health, que sin fines de lucro se dedica a concretar proyectos que hagan diferencias en la calidad de vida de las personas en los países menos desarrollados.
Pieza clave de este equipo ganador es Paulina Quiñónez, una guatemalteca que llegó a Noruega en el 2008, gracias a un programa de intercambio entre la Universidad Rafael Landívar y la mencionada institución.
Paulina ideó el simulador de parto, uno de los tres artefactos del programa “Ayudando a las mamás a vivir”, que además incluye el maniquí de un bebé y una bomba para ayudar a los pequeños a respirar al momento de nacer.
Este equipo obtuvo un trofeo y un premio monetario de 100 mil. “La totalidad del dinero fue donado a la Asociación Mundial de Comadronas (ICM), porque nuestro objetivo es educar y equipar a un millón de parteras y comadronas, y así salvar unas 250 mil vidas por año”, comparte Paulina, quien se considera parte de la fuga de cerebros de Guatemala, debido a la falta de oportunidades.
Este año se presentaron más de mil nominaciones, con 59 finalistas en las cinco categorías.
El premio se entrega cada dos años en Copenhague y su objetivo principal es contribuir a un futuro sostenible por medio de objetos sencillos que contribuyan al humanismo, comprensión social y el pensamiento democrático.