Mayron España, director ejecutivo de la empresa E-Waste Guatemala, centro de acopio de electrónicos desechados, dice que en el país no hay ninguna planta que recicle este tipo de materiales. Explica que los chatarreros solo extraen algunos de los metales para comercializarlos y descartan lo que es tóxico, como las baterías de celular, que contienen litio y cadmio, y las pantallas de los televisores o monitores CRT, que están cargadas de plomo y arsénico. Todo esto vicia el agua y “causa severos daños a la salud del ser humano, como problemas respiratorios, gastrointestinales, abortos involuntarios y el envenenamiento, entre otros males”, comenta.
España afirma que almacenar grandes cantidades de basura electrónica en casa también genera problemas, aunque a menor escala en comparación con la que causan los chatarreros. “Cuando las personas no conocen una forma para descartar los aparatos obsoletos y obtener una remuneración económica a cambio, los guardan en bodegas durante mucho tiempo. Hemos recolectado equipos que tienen hasta 72 años de haber sido abandonados en alguna parte de la casa”, añade.
“Se calcula que hay más de 50 mil toneladas de desechos electrónicos en empresas y casas”, agrega España.
A pesar de que instituciones como el Ministerio de Ambiente, a la que le compete esta problemática, no ha hecho un trabajo fuerte de consciencia ecológica, muchas personas han evitado dañar ríos, lagos y terrenos baldíos con esta práctica, aunque crean minifocos de infección en sus residencias, señala.
Un punto a favor para Guatemala es que forma parte de la Convención de Basilea, la cual regula los movimientos transfronterizos de los desechos peligrosos, por lo cual no somos una nación que acumule desechos sólidos provenientes de otras naciones, aunque con la importación de vehículos usados “el país se llena de pura chatarra”, dijo José Javier Casas, gerente general de Cofiño Stahl, en una entrevista publicada en Prensa Libre el 29 de enero del 2012, en la que concluyó que esto tiene un grave impacto sobre la economía, el entorno ecológico e incluso los problemas de tránsito.
Ácidos mortales
Las baterías de automóviles, carritos de golf, sistemas de alimentación ininterrumpida, maquinaria industrial y motocicletas están fabricadas a base de plomo y ácido, que al ser abandonadas afectan la salud de los seres vivos, por lo que es necesario que sean recicladas y que los materiales que se logren recuperar se utilicen para fabricar nuevas baterías y pilas.
De acuerdo con Luis Marroquín, gerente de planta de Acumuladores Iberia, la empresa que representa es la única en Centroamérica que cuenta con certificación para reciclar baterías de carro.
“Muchas personas van a los talleres a recoger las baterías y se las venden a Iberia, lo cual no está mal, pero hay quienes arrojan el ácido en los tragantes, ríos y lagos con la finalidad de venderlas en mejor estado; contaminan más el medioambiente”, explica España, que hace llegar a Acumuladores Iberia las baterías que recolecta E-Waste.
El experto dice que en Guatemala todavía no se pueden procesar algunos materiales como el duroport, PVC y las lámparas de mercurio.
“Los seres humanos tenemos dos opciones, proteger o destruir el planeta en el que vivimos. Lo ideal es que antes de tirar a la basura, lo que ya no queremos se medite en cómo impactará en las próximas generaciones. Es un asunto de conciencia y disciplina, como lo decían en Capitán Planeta —serie animada de TV— hay que reducir, reutilizar y reciclar cualquier objeto”, recuerda la ambientalista Azucena Mejía, de la Fundación para el Ecodesarrollo y la Conservación (Fundaeco).
Ecovalores
La huella ecológica que deja cada guatemalteco a diario es enorme, ya que cada vez consume más recursos de los que necesita, según Alfredo Maúl, de la asociación ambiental G22.
“Los productos que compramos ahora incluyen empaques y envoltorios innecesarios que terminarán en la basura. Deberíamos acostumbrarnos a materiales reutilizables”, comenta.
Maúl sugiere que en casa se separen los desechos sólidos de los orgánicos, ya que estos regresan a la naturaleza y los otros pueden ser empleados de nuevo en la industria como materias primas. “Si hacemos trabajos de jardinería, los residuos de comida pueden servir para abonar la tierra o simplemente no contaminar. El plástico, aluminio y papel debería separarse y acopiarse en el hogar para luego dárselo a un reciclador, pues de esta manera se sabrá que lo procesarán de la mejor manera”, añade.
Reciclaje total
En las próximas semanas comenzará a funcionar en Guatemala la primera planta para reciclar llantas, las que pueden ser reutilizadas en su totalidad.
Arturo Barillas, de la empresa Abaco, dice que a raíz de que hay un parque vehicular de 2.5 millones en el país, cada año se desechan más de 10 millones de llantas, y muchas van a parar a los ríos o basureros ilegales.
“La solución que propone Abaco es que los talleres, dueños de transportes y cualquier persona que tenga un vehículo, done sus neumáticos para que puedan ser reutilizados en organizaciones como Amati+20, que emplea las partes de la rueda para hacer topes de parqueos, alfombras de caucho y trozos para decorar jardines”, explica Barillas.
Esta planta de tratamiento de llantas extrae los gases que sirven para hacer funcionar la misma maquinaria, los elementos químicos que contiene, como el diésel y el hierro con el que está recubierta.
Clasificación
– Línea gris es el nombre que se le da a los desechos de cualquier equipo de computación.
– Línea marrón se le llama a cualquier dispositivo de entretenimiento, como televisores y equipos de sonido.
– Línea blanca son los aparatos inservibles de cocina, como refrigeradoras y microondas.