Los 5.1 millones de euros a pagar en tres años iban a tener categoría de ganga en el mercado fut bolístico y solo le faltaba el “sí” del Guaje para concretar la ope ración. En la llamada del 27 de junio, lo primero que le dijo Miguel Ángel Gil a Víctor Oña te fue que le aseguraba man tener a Villa su salario —¤10 millones—. A partir de ahí, sin perder más tiempo, le habló de un proyecto deportivo en el que la figura del Guaje recobraría el protagonismo perdido en las dos últimas temporadas en el Barcelona.
La llamada, si cabe, no podía producirse en un contexto más apropiado para los intereses del Atlético. El Guaje estaba en Brasil concentrado con La Roja, aunque su rol distaba de ser el del 7 de España —ahora ya no es titular— y el tren hacia el Mundial del 2014 de la mejor selección de la historia no es pera ni a los que han hecho de ella un equipo de leyenda. Da vid Villa se perdió la Eurocopa del 2012 por lesión y en su foro interno veía peligrar la cita en Brasil si sus circunstancias no cambian.
Miguel Ángel Gil, conscien te de ese amor del Guaje por La Roja, jugó con ello. No podía prometerle lo que solo el Cholo Simeone decide en el Atlético —la titularidad—, pero sí le habló de la apuesta rojiblanca por hacerse con sus servicios para que fuera el delantero re ferente tras la salida de Falcao. Una llamada del técnico ar gentino al propio David Villa terminó por convencerle. El Guaje haría las maletas rumbo al Vicente Calderón, donde a orillas del Manzanares soñará con levantar la Copa del Mun do en el Maracaná.
David Villa pese a ser la ganga del verano, pasa por ser junto con Fernando Torres el futbolista español por el que más dinero se ha pagado en concepto de traspasos durante su carrera. El Real Zaragoza abonó ¤2.5 millones al Sporting de Gijón en el 2003; el Valencia se hizo con sus servicios en el 2005 por 12 millones de euros; el Bar celona desembolsó ¤40 millo nes; y, ahora, el Atlético abo nará 5.1 millones. 59.6 millones se han movido entre clu bes españoles en los últimos 10 años para hacerse con los ser vicios de un futbolista ho nesto con su profesión y go leador.
En Primera División ha marcado, hasta su fichaje por el Atlético de Madrid, 173 go les en 320 partidos —31 con el Real Zaragoza, 107 con el Va lencia, 33 con el Barcelona y 2 con el Atlético—. Si se cuenta desde sus inicios en el filial del Sporting Villa ha celebrado 272 goles como pro fesional. A ellos hay que su mar los 56 con la Selección Española.
Raíces mineras
El apodo del Guaje le viene por Chus Bravo. El que fuera su compañero en el Sporting B le empezó a llamar así en los entrenamientos porque era el más pequeño de todos ellos y eso le acompañará de por vida. A él le gusta que le llamen así, porque en bable significa niño y en las zonas mineras se re conoce también con tal nombre al ayudante del minero, un tras fondo cultural y social que le recuerda sus orígenes. Nieto e hijo de mineros, David siempre ha valorado lo que tiene y lo que significa ser futbolista pre cisamente porque ha vivido y sufrido en casa los ecos de una profesión como la de los mi neros.
En la vida de David Villa la figura paterna tiene una re levancia mayúscula. Mel Villa es al Guaje lo que el gol para un delantero. Un incendio de ma drugada en la mina en la que trabajaba su padre pudo cam biar su destino, aunque cuando David se despertó para ir al colegio y se enteró de la noticia, Mel ya había conseguido salir de los túneles. De no ser por su progenitor, el propio Villa re conoce que posiblemente hu biera tirado la toalla mucho antes de imaginar que se iba a dedicar al futbol. Siempre que se le pregunta por su infancia, recuerda aquellas tardes de in vierno por los campos astu rianos en las que el frío y la lluvia se adueñaban de su en deble cuerpo y solo la pre sencia y las palabras de su pa dre le motivaban para volver al día siguiente. Ellas y la espera de Mel con la calefacción del coche puesta para que su hijo entrara en calor.
Años antes, cuando David solo tenía 4 años, el destino también estuvo a punto de pri varle de jugar al futbol. Sufrió una fractura de fémur en la pierna derecha y los médicos avisaron a sus padres que el pequeño de la casa podría que darse cojo. Pasó meses con la pierna completamente escayo lada y sin apenas poder salir de la habitación. Pero ya entonces la pelota era su juguete pre ferido y pasaba las tardes apo yado en la pared dándole pa tadas con la pierna que sí podía mover. Como se suele decir, no hay mal que por bien no venga y no solo se recuperó sin se cuelas, sino que, además, desde entonces le viene su condición de ambidiestro.
Directo al Atlético
El 8 de julio del 2013 se anunció su fichaje por el Atlé tico de Madrid. Se convierte así el conjunto colchonero en el sexto club de su carrera. Todo comenzó en el Langreo, donde recaló con nueve años tras ser rechazado por el Real Oviedo. Allí pasó su infancia y adolescencia hasta que la es cuela de Mareo le abrió sus puertas a los 17 años y Acebal fue el técnico que le hizo de butar con el primer equipo con solo 19 años. Villa acostumbra a echar raíces allí donde ha marcado goles y por su ca rácter es querido allá donde ha jugado, aunque si de algo pre sume, además de su familia, de ser español y asturiano, es de ser del Sporting. Lo es porque entiende que en El Molinón le hicieron futbolista y porque en sus filas militó su antaño re ferente, hoy amigo e ídolo: Je sús Castro González, Quini.
A Villa lo de jugar en El Molinón con otra camiseta que no fuera la rojiblanca nunca le ha gustado. Siente que es como entrar a robar en su propia casa. Una tarde de concen tración de la Selección durante la Eurocopa del 2008 observó en directo el partido del as censo del Sporting y al año siguiente, cuando visitó el es tadio con el Valencia, fueron tales los homenajes recibidos que no dio pie con bola en aquel encuentro. De hecho, uno de los días más felices de los últimos años fue cuando la Selección disputó un partido en El Molinón: “Vuelvo a jugar de local”, dijo.
Su salida al Real Zaragoza, además, permitió a sus anti guos compañeros percibir sus salarios. Corrían malos tiem pos en el 2003 para las arcas del club asturiano y los 2.5 millones de euros que salieron de La Romareda sirvieron para pagar las nóminas. Fue con el Real Zaragoza con el que debutó en Primera División —contra el Deportivo—, con el que llegó a la Selección Española —se es trenó contra el San Marino— y con el club con el que levantó sus primeros dos títulos: la Copa del Rey y la Supercopa de España.
El palmarés de David Villa es envidiable. Dos Ligas, dos Copas del Rey, una Supercopa de España, una Champions, una Supercopa de Europa, un Mundial de Clubes, una Eu rocopa de Selecciones y una Copa del Mundo.
El Guaje recaló en Mestalla en el verano del 2005. Con Quique Sánchez Flores en el banquillo y siendo una apuesta del entonces director depor tivo Javier Subirats. El Valencia abonó lo de la cláusula de rescisión: 12 millones de euros, en una operación en la que el club che se adelantó al Barcelona, cuyos técnicos ya entonces le se guían de cerca.
Con el Valencia rozó en dos ocasiones el Trofeo Pichichi. En su primera temporada ano tó 25 goles, quedándose a solo uno de Samuel Eto’o —Bar celona—. En su cuarta y última campaña, Villa se destapó con su mejor registro en Primera División: 28 goles. Pese a que en la tabla de la Liga fue su perado por Diego Forlán y Sa muel Eto’o, sus 28 goles le valieron entrar en el libro de oro del Valencia: Villa igualaba la mejor cifra de un goleador che en Primera División. Solo Kempes y Mijatovic lo habían conseguido sumar en una mis ma temporada. Además, con sus 107 goles pasa por ser el quinto máximo goleador de la entidad, tras Mundo, Waldo, Kempes y Fernando.
Sus andanzas por el área de Mestalla le hicieron ser nom bre propio del mercado de fi chajes durante tres tempora das consecutivas, hasta que los azulgrana se llevaron el gato al agua en el 2010, previo pago de 40 millones de euros. David Villa a las puertas de ser Campeón del Mundo y el Valencia clasifi cado para la Champions, el delantero asturiano fue pre sentado en loor de multitudes en el Camp Nou.
El mismo día de su pre sentación, Pep Guardiola lo llamó a su despacho. Con el subidón de miles de personas aclamando su llegada al Bar celona, el técnico le bajó a la tierra. Le puso un video con imágenes de acciones en las que Villa hacía aspavientos a sus compañeros por un mal pase y de jugadas en las que no presionaba como debiera. “Esas cosas aquí no”, le dijo Guardiola. El Guaje ha con fesado en multitud de ocasio nes que en el Barcelona ha aprendido, entre otras cosas, a defender más y sacrificarse de manera diferente a lo que hacía antes por el bien del colectivo. Abandonó su posición de de lantero referencia para caer más hacia la banda izquierda y dejar el pasillo libre para Leo Messi.
De la relación entre el argentino y el asturiano mucho se ha hablado y escrito en sus tres años por el Barcelona. Principalmente a partir de la segunda temporada. Nunca el Guaje ha tenido una mala pa labra hacia su compañero. Ni tan siquiera a raíz de una bronca mayúscula y pública entre ambos en un partido contra el Glasgow Rangers. Al contrario, siempre ha reco nocido Villa en sus declara ciones el rol de Messi. Pero lo cierto es que el Guaje en el Barsa nunca tuvo el recono cimiento que sintió en sus anteriores equipos, en los que nadie ponía en duda su con dición de estrella, y que po siblemente tenga en el Atlé tico de Madrid. No obstante, Villa siempre tuvo el apoyo de uno de los núcleos duros del vestuario culé, principalmen te el de Xavi y Puyol.
David Villa emigró de Va lencia a Barcelona en busca de palmarés y se marcha ha biendo ganado todo lo que un futbolista puede ganar a nivel de clubes. Fue en el primero de sus tres años en el que más rindió y se divirtió. Anotó 23 goles en 52 partidos —48 como ti tular— y fue el autor de uno de los tantos de la final de Wembley contra el Mánchester United. Su ci clo en el Barsa se vio trun cado en diciembre del 2011 en un partido contra el Al Saad, en el Mundial de Clubes. El Guaje se rompió tibia y peroné y estuvo ocho meses fuera.
A la vuelta de las va caciones, tras vivir desde la grada la goleada de Es paña a Italia en la final de la Eurocopa, el Guaje em pezó a trabajar como uno más a las órdenes de Tito Vilanova. Pero su tempo rada, a nivel particular, distó de ser la esperada. Pese a sus 16 goles en 43 partidos, Villa había per dido el rol de titular en el Barcelona. También en la Selección. A sus 31 años, y con un Mundial en el ho rizonte, entendió que era momento de cambiar de aires. Miguel Ángel Gil supo moverse para hacia el Vicente Calderón.
El Atlético también ha fichado a un ícono pu blicitario. Villa es imagen de Adidas, Mahou, Giorgi, McDonald’s y Nestlé, en tre otras. Pero, sobre todo, es un goleador contras tado y nadie le supera con La Roja. Superó a Raúl González y sus 56 goles en 90 partidos marcan hoy el techo de un delantero es pañol con la Selección. Y quiere más. Es también el jugador español que más goles ha marcado en fases finales de mundiales: ocho. Sus cinco goles en el Mundial del 2010 le va lieron para ser Bota de Plata del torneo y galar donado con el Balón de Bronce del campeonato.
El Guaje tiene ahora la difícil tarea de hacer ol vidar a Falcao. Pero las 20 mil personas que le arro paron en su presentación y su golazo ante Las Palmas, en su primer amistoso, son un buen presagio. En cua tro encuentros ya ha mar cado en dos ocasiones. Llega David Villa al Atlé tico para ser su referente en la vuelta rojiblanca a la Champions y siendo cons ciente que a Maracaná se va por el Manzanares.