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Gareth Bale, la nueva estrella del Real Madrid

En la carrera de portiva de las  grandes estrellas  del futbol mundial siempre aparece un ángel, un descubridor,  que permite que los astros se  alineen para que el futbolista  de turno acabe siendo una  estrella mundial.

Aurelio Pereira rescató a  Cristiano Ronaldo de la isla  de Madeira para la Academia  del Sporting de Lisboa, Juan  Mateo Wálter permitió llevar  a Messi al Barcelona, Francis  Cagigao fue el artífice de la  emigración de Cesc al Arsenal y Antonio Mezquita tu vo el ojo clínico de selec cionar a Iker Casillas entre  cientos de niños con tan solo  8 años. Ahora Rod Ruddick  entrará en esa nómina ex tensa de cazatalentos. Un  nombre desconocido para  muchos, pero que en su día  inclinó la balanza para que  Gareth Bale se convirtiese en  el crack mundial que es hoy.

El descubrimiento
Ruddick era el director de  la academia del Southampton,  en Bath. Descubrió a Bale de  8  años de edad en un torneo de  verano en Newport. Allí le  llamó la atención su zurda.  Atisbó algo especial.

Gareth militaba en el Cardiff Civil  Service, el equipo de su co legio —Whitchurch High  School de Cardiff—. Pocos co legios como este pueden pre sumir de ser una insigne fá brica de deportistas de alto  nivel. De allí salió Gareth Ba le, que a los 14 años ya corría  los 100 metros en 11.4 segun dos. Aparte del futbol, tam bién practicaba el hockey, el  rugby y el atletismo. Com partía pupitre con el rugbier  Warburton —el carismático  capitán de la Selección de Ga les y la British and Irish  Lions—. Compartió recreos  con Geraint Thomas, pistard  galés y  oro olímpico en per secución. Gareth desprendía  velocidad por los cuatro cos tados. Su profesor, Gwyn Mo rris, le prohibió jugar con la  pierna izquierda debido a su  enorme superioridad. “Que ríamos desafiarlo a usar su  visión y su disciplina.

Gareth  tenía todas las habilidades de  evasión que le habría hecho  un jugador de rugby muy bue no”, recuerda  Gwyn Morris.  Le marcó tanto aquel colegio  que sigue con la misma novia  de aquellos recreos, Emma  Rhys-Jones, con la que tiene  una hija, Alba Violet Bale.

Hasta los 14 años, Gareth  Bale acudía a la academia del  Southampton un par de veces  a la semana. Su debut en el  primer equipo no se hizo es perar. Sorprendía su fuerza  física  y su potente disparo.  Fue el segundo jugador más  joven en debutar en la historia  del Southampton, con 16 años  y 275 días —tras Theo Wal cott—. La fábrica de los Saints  tiene prestigio en el sur de  Inglaterra. “Es una magnífica  cantera, al estilo del Sporting  de Lisboa, en Portugal, o el  Barcelona, en España”, elogió  recientemente el que fuera su  entrenador, André Vi llas-Boas.
 
Los primeros grandes  pasos
John Benjamin Toshack le  hizo debutar con la Selección  de Gales el 27 de mayo del  2006, con tan solo 16 años y  315 días. Se convirtió en el  debutante más joven en la  historia de su selección. “Es  mejor que Neymar”, asegura  el extécnico del Real Madrid.

El Tottenham no tardó en  ficharle, y tras 40 partidos y  cinco goles con el Southam pton, pagó €10 millones  en  mayo del 2007. Los Saints in cluyeron una cláusula por la  que recibiría el 15 por ciento  del futuro traspaso.

Mánchester United y Ar senal habían puesto también  su mirada en el galés por  aquel entonces. “Reconozco  que fue un error preferir a  Walcott, no necesitábamos  otro lateral realmente”, llegó a  decir Wenger. “Era un chico  endeble y, de repente, hace  cuatro años, se convirtió en  un peso pesado de boxeo…”,  afirmó Ferguson. Meses des pués del traspaso a los Spurs,  el Southampton se encontra ba en dificultades económi cas y anuló aquella cláusula a  cambio de  €2  millones  y el  traspaso del joven guardame ta Tommy Forecast, que nun ca llegó a jugar en el Sout hampton.

Si no hubieran modificado  ese contrato, hoy el primer  club de Gareth Bale podría  haber recibido €10 millones  con el traspaso al Real Ma drid. Le hubieran hecho un  monumento a Rod Ruddick.  En cambio, se tendrá que  conformar con €3.5 millones,  que recibirá por el mecanis mo de solidaridad, tal y como  refleja el artículo 21 del Re glamento sobre el Estatuto y  la Transferencia del Jugador  de la Fifa.
 
La maldición Bale
Pero en el Tottenham le  costó empezar. Nació La Mal dición de Bale. Encadenó 24  partidos con los Spurs —mil  533 minutos— en dos tem poradas sin ganar uno solo.  Un récord sin precedentes en  la Premier League. En el ves tuario se escuchaba un grito  de desesperación de David  Bentley cada vez que Harry  Redknapp anunciaba a Gareth  Bale en el once. Luego, cayó  lesionado el 2 de diciembre  del 2007 frente al Birmin gham City por una entrada de  Muamba  —el mismo futbo lista que conmocionó al mun do el 17 de marzo del 2012 al  sufrir un paro cardíaco en un  Tottenham-Bolton—. Se rom pió los ligamentos del tobillo  derecho y fue operado días  después. Gareth se perdió lo  que quedaba de enfrenta mientos.

La temporada siguiente, le  quitó el puesto Benoît As sou-Ekotto. Harry Redknapp  estuvo a punto de venderle al  Birminghan por €3.5 millones.  Así lo recuerda, por ejemplo,  César Sánchez, quien jugó en  el Tottenham en la temporada  2008-2009 y coincidió con Ba le: “En los seis meses que  jugué allí apenas tuve  opor tunidades y se planteó  alguna  cesión o venderme. Esa ex periencia te hace madurar.  Habían pagado bastante di nero. Sabe lo que es asumir  responsabilidad en momen tos difíciles. Eso dice mucho a  su favor”.
Bajo las órdenes de Harry  Redknapp disputó 137 parti dos e hizo 27 goles. “Cuando  llegué al Tottenham, Bale ya  era un buen jugador, pero es tos dos últimos años ha me jorado mucho, sobre todo, en  cuanto a capacidad goleadora.  Yo creo que ahora mismo el  mejor del mundo es Messi,  pero Bale seguramente está  entre los cinco mejores”, afir mó  Harry.

Su exposición mediática se  produjo un 2 de noviembre  del 2010 frente al Inter, en  White Hart Line, ante Mai con, al que machacó —en el  partido de ida marcó un  hat-trick en San Siro—. “No vi  nunca una cosa igual”, sos tenía su compañero Rafa Van  der Vaart. Luego, exhibió su  velocidad en el Bernabéu.

Al final de esa temporada  2010-2011, los Spurs le am pliaron su contrato hasta  el  2015. Al año siguiente también  le subieron el salario. Tenían  un diamante en bruto. Un  crack sobre el terreno de jue go. Un joven tímido, que no  toma alcohol, muy familiar y  que su tiempo libre lo dedica a  la PSP3, al golf —hándicap  11— y a estar con su familia.  Ha evolucionado en los Spurs,  donde llegó como lateral zur do cerrado y ha acabado como  extremo izquierda y teniendo  influencia en todas las zonas  de ataque. “He chutado mu cho más y he llegado mucho  más al área”, explicaba el fut bolista tras ser proclamado en  el  2013 como el Mejor Jugador  de la Premier y también Me jor Joven, un doblete que solo  antes consiguieron Andy  Gray y Cristiano Ronaldo.

Con 24 años recién cum plidos ha firmado la mejor  temporada de su vida, con  Villas-Boas:  31 goles. Sin el ojo  clínico de Rod Ruddick tal vez  Gareth Bale jamás hubiera lle gado al Real Madrid.

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