Suzuka, GP de Japón 2013
De pronto, un mecánico llorando se abraza a otro, miran al cielo, se echan las manos a la cara y las lágrimas siguen brotando de los ojos. Ellos conocieron al ángel que se fue… Sucedió en el circuito de Suzuka, un sá bado de gran premio del 2013. Unos momentos antes se vivió una sensación ex traña, como si por el cielo pasara una estrella. En pleno día. En el trazado se hizo el silencio. De repente el so nido de los coches dejó de tener sentido, las curvas de saparecieron y la tabla de tiempos no estaba en los mo nitores. Llegó la noticia de una muerte desde España y no importó ya nada más. María de Villota, la luchadora, la chica que perseguía un sueño hasta que la fatalidad cambió su existencia para siempre, la guerrera que sen tía la necesidad de vivir, la que hacía sentir pequeños a los más grandes; ella, la que conocían aquellos mecánicos de Marussia que lloraban su perdida, se había ido para siempre.
María nació un 13 de enero de 1980 en Madrid con gasolina en la sangre y un futuro de sueños por cum plir. Hija de Emilio de Vi llota, piloto de Fórmula 1, el promotor de una escuela de pilotos en la que los tres hijos formaron a grandes que serían y serán. María junto a sus hermanos Emilio e Isabel vivían subidos en un kart, pero la rubia quería ser algo más. “Siempre quiso ser algo en la vida”, susurró casi Sergio Pérez al conocer su pérdida. Y era cierto. Quería ser alguien, quería ser piloto de Fórmula Uno.
Comenzó en el karting, después la F-Toyota Castrol 1300, la F-3 española, la Su perleague, las Ferrari Cha llenge o el Trofeo Maserati y múltiples participaciones en Resistencia, algunas tan im portantes como las 24 Horas de Daytona. Y el Mundial de Turismos. La F-1 estaba en horizonte. Y en el 2011 hizo historia. Se convirtió en la primera española en subir a un monoplaza de Fórmula Uno cuando probó un Lo tus-Renault en Paul Ricard. Aquel año viajó a Interlagos y pude entrevistarla para AS. Ella quería dejar claro que su intención era real, que no era una operación de márquetin, que luchaba cada día por de mostrar que era una verdad, que su sueño no era una uto pía. Y lo logró, hizo buenos tiempos y demostró su ex traordinaria forma física. En ese momento podía conver tirse en probadora de ese equipo, pero finalmente llegó la opción de Marussia. Verla llegar en Australia conversan do con los pilotos, con sus iguales, con los más grandes, era vivir una ilusión pura, era sonreír solo con verla.
Pero el destino tenía guar dada otra suerte para esta mu jer de firmes convicciones. El 3 de julio del 2012 iba a hacer un test de F-1. Se trataba de una prueba aerodinámica en el ae ródromo de Duxford, en In glaterra. Un test aparentemen te sencillo que se transformó en tragedia. Nadie sabe aún por qué o los que lo saben no lo han hecho público, pero lo cierto es que María no pudo esquivar la rampa de un camión que nunca debió estar abierta. Y esa vez venció a la muerte. Perdió el ojo derecho, sufrió múltiples operaciones, desafió a la dama negra y ganó.
Poco después volvió a apa recer en público con su voz de princesa de Madrid, dulce y tenue diciendo que ahora veía las cosas importantes de la vida. Y siguió con mil pro yectos, y se casó y pensaba tener un hijo y…
…De nuevo apareció en Su zuka, el lugar donde ella hu biese querido estar. Y ese uni verso de la Fórmula Uno que dó conmocionado, pensando en despertar de un mal sueño, como una de esas noticias que a la mañana siguiente esperas que no sean verdad. Pero lo son. Y María ahora ya vivirá en nuestros recuerdos, una forma de convertirse en in mortal. Y la volvimos a ver en el GP de Australia del 2012, su primera carrera como piloto de desarrollo de Marussia; de nuevo caminando por el pad dock acompañada del resto de héroes de este deporte, casi de la mano de un doble cam peón asturiano. “Ha sido in creíble estar en la reunión de pilotos, tengo que decir que Fernando —Alonso— me ha ayudado mucho. Y Pedro, se están portando muy bien con migo”, explicaba.
Ese mismo Alonso que en Japón se quedó sin saber qué decir al escuchar la noticia, incrédulo, con ganas de que se hubieran equivocado los periodistas, ese De la Rosa que ya de noche en Suzuka pre guntaba si se sabía algo más, como si la respuesta pudiera devolverle la vida a su amiga. “M… de vida, eh, tío…”, repetía el probador de Ferrari. Ésa era la frase más repetida en varios idiomas en el paddock del circuito japonés desde que, du rante la disputa de los se gundos libres, se conoció la fatal noticia.
La vida es un regalo
La expiloto española fue ha llada sin vida en el hotel Sevilla Congresos de la capital an daluza, ciudad en la que se encontraba para dar una con ferencia sobre su experiencia, sobre cómo precisamente lo gró engañar a la muerte, cómo era un milagro viviente. Un congreso, “Lo que de verdad importa”, en el que iba a par ticipar se canceló en muestra de respeto. Sobre las 7 horas, su asistente, Arancha Yagüe, en contró el cuerpo sin vida de la madrileña de 33 años. Parece que sufrió un derrame cerebral que le causó una parada car diorrespiratoria mientras dor mía. Las causas del fallecimien to fueron “absolutamente na turales”, según el forense. No podía ser de otra manera. La traicionera dama de las tinie blas la esperaba en el sueño.
Su familia dedicó unas pa labras a la tristeza: María se nos ha ido. Tenía que ir al cielo, como todos los ángeles. Damos gracias a Dios por el año y medio de más que la dejó entre nosotros. Firmado: Familia Villota.
María presentaba un libro sobre su vida este lunes titulado La vida es un regalo, con prólogo de su amigo Marc Gené, quien apenas podía aguantar las lágrimas en pú blico. Como esos mecánicos de Marussia que la conocie ron y la aprendieron a querer. María lo intentó y después de vencer a la muerte que debía ser, según la ciencia, tras ese accidente terrible, tuvo más de un año de vida de regalo tras haber peleado como solo ella y su familia saben. Y es que a veces luchar no es su ficiente, pero su ejemplo per durará en el tiempo.
María de Villota, gracias por tantas cosas. Piloto, tú que seguro sonreíste al ver tu es trella en los cascos de Vettel, Hamilton o Alonso, corriendo en los mejores coches del pla neta. María, piloto para siem pre de Fórmula 1, descansa en paz, ángel de las carreras…