El lugar tiene más de 28 mil 60 hectáreas, en donde se puede disfrutar del avistamiento de aves, observar cataratas, caminar por el bosque o simplemente descansar en sus diferentes reservas, en las que hay servicio de alojamiento, alimentación y guías.
Para llegar al bosque nuboso de Baja Verapaz desde la capital se toma la ruta al Atlántico. En el kilómetro 87, El Rancho, se dirige por la ruta a las Verapaces hasta el kilómetro 144, desde donde comienza el Corredor Biológico.
Mucha niebla
Un bosque nuboso es un área que se caracteriza por su alta concentración de niebla superficial, que tiene abundante presencia de musgos y vegetación. Se presentan principalmente alrededor de montañas donde la humedad permite la existencia de vegetación exuberante.
Según la Asociación del Corredor Biológico del Bosque Nuboso, esta zona está integrada por porciones de bosque unidas que permiten a los animales desplazarse libremente entre varias áreas protegidas.
“Adentro del Corredor está el bosque nuboso, que tiene mucha niebla y se caracteriza por ser la casa del quetzal, y por la cantidad de musgos, helechos, orquídeas y bromelias”, indica.
La Asociación señala que esta área une la flora y fauna de la biosfera de la Sierra de las Minas y del Biotopo del Quetzal.
“Con olor a tierra mojada, se puede encontrar un santuario de transparentes manantiales, parques naturales, comunidades, comités y reservas naturales privadas, unidos voluntariamente para la conservación de este paraíso”, refiere. Añade que esta región es ideal para el descanso, la relajación, el contacto con la naturaleza, observación del quetzal, refrescarse entre cataratas y hacer deporte de montaña.
Atractivos
Entre las reservas se encuentra el Biotopo Mario Dary o del Quetzal, con sus maravillas verdes. En las cercanías se ubica el restaurante y reserva privada Biotopin y la reserva privada Ranchitos del Quetzal, desde los cuales se puede apreciar el vuelo del ave símbolo nacional.
En la Hacienda Shamenn, kilómetro 163.5, el visitante puede disfrutar de caminamientos, avistamiento de aves y una extensa variedad de orquídeas. En el kilómetro 144 existen dos afluentes importantes, y en el 164 se encuentra la reserva privada Monte Bello, que ofrece gastronomía local y artesanías.
En el kilómetro 158 se ubica la reserva Tam Tzul, que tiene una catarata, senderos y miradores de aves.
Para los amantes del misticismo están las cuevas de Chicoy, un sitio ceremonial de la cultura maya, y para conocer la vida comunitaria se puede visitar la población de Monjas Panimaquito, donde se cultivan hongos comestibles. Así, este corredor tiene una amplia variedad de atractivos.