De acuerdo con los informes manejados por Moodys, los Juegos de Río 2016 han supuesto una inversión de más de US$7 mil 100 millones en infraestructuras solo en la “Cidade Maravilhosa”, lo que supone un gasto similar al realizado en las 12 ciudades que acogieron el pasado Mundial de fútbol, en 2014.
Sin embargo, apuntó Moodys, el “boom” que ha supuesto el proyecto olímpico para las empresas de ingeniería y construcción locales “ya ha terminado” , puesto que prácticamente todas las obras han sido finalizadas.
Además, el impacto será “limitado” pare el sector bancario, ya que el volumen de crédito destinado a las infraestructuras olímpicas apenas supone una pequeña partida de la cartera de crédito de estas instituciones.
Moodys sí reconoce beneficios para la ciudad de Río de Janeiro, gracias al aumento de la recaudación de impuestos que generará la previsible llegada de unos 350 mil turistas a la ciudad durante el próximo agosto, cuando se celebren los Juegos Olímpicos.
El pasado mes de febrero, la agencia de calificación de riesgo rebajó el grado de inversión de Brasil a Ba2, con “perspectiva negativa” , ante la previsión de un mayor deterioro en las facilidades del país para obtener créditos externos, el “ambiente” de recesión y su creciente deuda pública.
Las agencias Fitch y Standard & Poors ya le habían retirado el sello de “buen pagador” al país ante su oscuro panorama económico y político.