Una excelente propuesta es que esta tenga un aspecto sencillo y simple.
Por ejemplo, que integre un centro de mesa sencillo, con candelas rojas, verdes y doradas, ya que es preciso que los comensales tengan espacio para degustar de los alimentos.
No es necesario que el mantel tenga demasiados adornos, pero tampoco hay que olvidar que los platos se deben de combinar con este.
En ese caso, un color llamativo sería un mantel corinto contrastado con una vajilla blanca.
Se pueden utilizar copas y vasos de cristal. Para dar el último detalle se pueden esparcir aleatoriamente hojas secas en dorado sobre la mesa.