Padres de familia, niños y adultos mayores acompañaron la posada, que se detuvo en cuatro lugares antes de regresar al templo.
Las imágenes de San José y la Virgen María están hechas a escala natural, a base de fibra de vidrio, lo que las hace livianas, a pesar de su tamaño. San José mide un metro con 95 centímetros.
El acompañamiento fue nutrido, aunque fue notorio cómo una gran cantidad de familias y jóvenes se unieron a lo largo del trayecto.
Medio de evangelización
Aguilar explicó que la idea de llevar la posada gigante surge como reacción a una sociedad que aparentemente ha perdido el sentido del cristianismo.
“Nos hemos dedicado más a Papá Noel, trineos, nieve, y nos hemos olvidado de la esencia de esta fiesta. La posada es una forma de evangelizar, como la que utilizaron los primeros misioneros, a través de las imágenes”, explicó el religioso jesuita.
Sagrada familia
Para complementar el mensaje navideño, afuera del templo se instalan varias escenas bíblicas, iluminadas y decoradas, como La Natividad, La Huida a Egipto y la vida de José, María y Jesús, las cuales están a la vista de todos en la 11 avenida y 5a. calle, zona 1.
“No son escenas rebuscadas, sino simplemente plasman lo que está en la sagrada escritura”, expuso el párroco.
“El Ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: ‘Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto, quédate ahí hasta que yo te avise, porque Herodes buscará al niño para matarlo”, se lee en uno de los pasajes representados también con imágenes de tamaño natural.
Al terminar la posada, en la iglesia compartieron comida y ponche; para los más pequeños quebraron piñatas. “No se trata tampoco de quitarles la alegría a estas fechas, sino de darles su sentido pleno, para que den frutos de espiritualidad en los corazones”, afirmó Aguilar.