Reunió entre sus amigos ropa de abrigo para adultos y niños y varias cobijas, y decidió repartirlas entre las personas que veía en la calle.
Köper recibió varios donativos y eso la ayudó a confirmar dos cosas: uno, que hay personas de buen corazón a su alrededor, y dos, es fácil hacer la diferencia en la vida de las personas.
Junto a su amiga Laura Vidal, de 27 años, efectuaron un recorrido por la zona 5 para entregar las prendas.
Calor humano
“A veces uno piensa que este país no tiene solución, pero con esta acción de bondad descubrí que el cambio lo genera uno mismo. No tiene que ser algo extravagante para hacer una diferencia en la vida de una persona”, explicó Köper.
Las sonrisas de agradecimiento fueron la mejor recompensa para Köper, quien espera que este tipo de acciones sean imitadas por más guatemaltecos.
*Con información de Imer Lucero