BBC NEWS MUNDO

Los 2 latinoamericanos y los otros 8 científicos que marcaron la diferencia en 2016

Este año hemos escuchado hablar de ondas gravitacionales, nos hemos alarmado con el virus del zika y aprendimos del exoplaneta rocoso Proxima b.

¿Alguna vez te has preguntado quiénes son las grandes mentes detrás de los grandes avances? (THINKSTOCK)

¿Alguna vez te has preguntado quiénes son las grandes mentes detrás de los grandes avances? (THINKSTOCK)

Descubrimientos que nos ayudaron a entender más el mundo y el Universo donde vivimos. Pero, ¿quiénes están detrás de estos grandes hallazgos?

La revista científica Nature hizo un reconocimiento a los 10 científicos que considera que marcaron la pauta este año.

1. La físico argentina que ayudó a atrapar las ondas gravitacionales


En 2016, científicos demostraron que pueden guardar un secreto durante mucho tiempo. Hacía un año habían detectado las ondas gravitacionales que comprueban, en parte, la Teoría General de la Relatividad de Albert Einstein y lo mantuvieron en secreto hasta febrero.

La física argentina Gabriela González estaba a la cabeza de este monumental descubrimiento (y todavía más grande secreto).

Su trabajo ayudó a liderar a más de 1.000 científicos que se esforzaron en confirmar estas ondulaciones de energía que distorsionan la estructura del tiempo y el espacio.

Como portavoz del Observatorio Avanzado de Interferometría Láser de Ondas Gravitacionales, conocido como LIGO, González fue una persona clave en coordinar el análisis de los datos por grupos de expertos repartidos en todo el mundo.

“González tuvo que hacer uso de sus talentos multidimensionales para tener el papel de guía en este esfuerzo masivo”, se lee en la revista Nature.

Quizás el hecho de que a lo largo de toda su carrera González ha hecho “un poco de todo” en LIGO, como ella misma lo cuenta, es lo que la preparó para esta responsabilidad.

2. La médica brasileña que resolvió el “misterio” del zika


Este año, todos escuchamos sobre una desconocida enfermedad que se transmitía con la picadura de un mosquito y que era particularmente peligrosa en las mujeres embarazadas.

Pero a la médica brasileña Celina Maria Turchi Martelli esta afección le venía quitando el sueño desde septiembre de 2015, fecha en que el Ministerio de Salud de su país le pidió que investigara un misterioso aumento en el número de niños que nacían con deformidades en el cerebro, un trastorno conocido como microcefalia.

No tardó mucho en darse cuenta que el caso se trataba de una emergencia nacional, más tarde regional y mundial.

“Ni siquiera en mis peores sueños como epidemióloga imaginé una epidemia en neonatos de microcefalia”, le contó a Nature.

Esta experta fue la primera en ponerse en contacto con especialistas de todo el mundo, que respondieron a su llamado de ayuda.

Un esfuerzo que dio frutos, pues pudieron demostrar los vínculos entre el zika y los casos de microcefalia.
Y los otros ocho científicos escogidos por Nature son…

3. El artesano de la mente


Para la revista científica, este año el investigador británico Demis Hassabis le demostró al mundo el poder de las técnicas de aprendizaje de las máquinas que él espera un día aplicar para construir una inteligencia artificial (AI, por sus siglas en inglés) capaz de resolver complejos problemas globales.

Y lo hizo con su programa de computación AlphaGo, que le ganó al campeón mundial del juego de estrategia Go, el surcoreano Lee Se-dol.

“Fue una gran victoria en el campo de la AI y otro de una serie de triunfos para Hassabis”, escribe Elizabeth Gibney para Nature.

Gibney se refiere a que este científico de 40 años empezó diseñando innovadores videojuegos en su adolesciencia, empezó su empresa a los 20 años y, tras terminar su doctorado en neurociencias, fundó DeepMind, que Google compraría más tarde por US$650 millones.

En su compañía, investigadores se inspiran en la neurociencia para desarrollar AI.

Hassabis explica que cada nuevo algoritmo aumenta la complejidad, pues aprende de los anteriores.

4. El centinela de los corales


El biólogo irlandés Terry Hughes, experto en corales y arrecifes, fue quien dio la voz de alarma sobre el blanqueamiento masivo que estaba sufriendo la Gran Barrera de Corales.

En marzo, Nature cuenta que a este científico se le detuvo el corazón cuando, haciendo un vuelo de reconocimiento sobre el mayor arrecife coralino del mundo, vio parches de corales que estaban muriendo.

Hughes, director del Centro de Excelencia para los Estudios de Arrecifes de Coral del Consejo para la Investigación de Australia, le cuenta a la publicación que cuando les mostró las fotos aéreas a sus estudiantes hubo lágrimas.

El blanqueamiento había afectado a casi todo el arrecife. Fue la peor devastación registrada en la Gran Barrera de Corales.

Lo que causó este daño fue el fenómeno climatológico conocido como El Niño, que este año pegó con mucha fuerza.
Algunos corales pueden recuperarse, pero otros no.

5. El químico atmosférico que sentó las bases para un acuerdo climático internacional


Para Nature, no es común que un químico atmosférico tenga la oportunidad de salvar el mundo. Pero el holandés Guus Velders lo hizo en octubre.

Durante las negociaciones internacionales en Ruanda para eliminar un hidrofluorocarburo, común en los aparatos de aires acondicionado y uno de los causantes del efecto invernadero, Velders mostró sus investigaciones sobre el impacto de demorar las decisiones, lo que ayudó a que se llegara a un acuerdo.

Siendo un experto en emisiones de hidrofluorocarburos reconocido a nivel internacional, sólo él podía convencer a los líderes, según afirman sus colegas.

“Nunca había estado involucrado en un proceso que llevara a un acuerdo sobre cambio climático”, confesó muy orgulloso Velders, investigador del Instituto Nacional para la Salud Pública y Medioambiente de Holanda.

6. La “pirata” de la ciencia


No fueron pocas las veces que la kazaja desarrolladora de software y neurocientífica Alexandra Elbakyan se habñia sentido frustrada por no tener acceso a los estudios publicados en las revistas científicas de pago.

Así que hace unos años creo una página para leer esos trabajos sin tener que abonar.

Y su iniciativa, tal y como lo cuenta Nature, empezó a tener demanda de otros interesados en la ciencia que, como ella, no tenían dinero para pagar una suscripción.

Este año, su sitio Sci-Hub llegó a su momento cumbre.

Según datos de Elbakyan, ahora ofrece unos 60 millones de ensayos que han sido bajados unas 75 millones de veces.
Es decir, 42 millones de veces más que el año pasado.

No respetar los derechos de autor a gran escala le ha traído a esta joven halagos, críticas y demandaslegales, según Nature.

“Poca gente apoya el hecho de que actuó de forma ilegal, pero muchos ven Sci-Hub como un avance en el movimiento de acceso abierto, que sostiene que los ensayos deberían estar libres para usar y reusar”, dice la publicación.

7. El rebelde de la fertilización


En septiembre de este año el médico estadounidense John Zhang asombró al mundo al anunciar que había puesto en práctica la controvertida técnica de fertilización artificial con el ADN de tres personas para producir a un bebé sano.

Y lo había hecho en México.

La controvertida técnica, que permite a los padres con mutaciones genéticas raras tener bebés sanos, está prohibida en Estados Unidos y acaba de ser legalizada en Reino Unido.

Los expertos afirman que la técnica es el primer paso en una nueva era de la medicina que puede servir para ayudar a otras familias con trastornos genéticos.

Pero advierten que se necesitan pruebas más rigurosas de la “donación mitocondrial”, la cual podría degenerar en el desarrollo de “bebés de diseño”.

8. El biólogo precoz


Nature define a Kevin Esvelt como un “biólogo precoz” que en menos de un año lanzó su laboratorio del Instituto de Tecnología de Massachusetts en Cambridge y ya es considerado como uno de los pioneros en una técnica controvertida conocida como “genética dirigida”.

“Su método aprovecha la edición de genes CRISPR-Cas9 para eludir la evolución, obligando a un gen a propagarse rápidamente a través de una población”, explica la revista.

Según los expertos, esta técnica podría usarse para eliminar a los mosquitos transmisores de enfermedades, como el de la malaria, o erradicar especies invasivas.

“Pero también podría desencadenar reacciones ecológicas en cadena no deseadas o utilizarse para crear armas biológicas”, advierte Nature.

Esvelt está al tanto de estos beneficios y peligros.

“Al principio sentí júbilo y éxtasis: esto es lo que nos permitirá deshacernos de la malaria”, le dijo a Nature. “Y entonces pensé: 'Espera un minuto'”.

Así que ahora este experto trabaja para asegurarse de que la ética siempre prevalezca sobre los experimentos.

9. El cazador de planetas


“Próxima b”, el planeta rocoso más parecido en la Tierra que se encuentra próximo a la estrella más cercana de nuestro Sistema Solar, fue descubierto por el astrónomo español Guillem Anglada-Escudé.

Durante mucho tiempo este científico de la Queen Mary University de Londres había sospechado de las similitudes de este exoplaneta de la estrella Proxima Centauri.

De modo que, según le cuenta a la revista Nature, no fue una sorpresa cuando se confirmó que aquel objeto cósmico del tamaño de nuestro planeta era un mundo alienígena.

“Lo logramos”, exclamó cuando vio la evidencia.

Y para el resto del mundo, el descubrimiento -según la publicación científica- genera preguntas sobre si existe vida en nuestro patio cósmico y si los astrónomos son capaces de detectarla.

10. La física nuclear transgénero que lucho por un mundo científico más inclusivo


Este año Elena Long presentó evidencia científica de un estudio que la afectaba personalmente.

Fue una de las arquitectos de el primer estudio de su clase sobre las experiencias de físicos lesbianas, gay, bisexuales, transgénero y cualquier otra inclinación sexual para la American Physical Society (APS).

Y los resultados fueron reveladores para esta comunidad científica cuando los presentó en marzo pasado.

Más de uno de cada cinco científicos no heterosexuales expresó haber experimentado exclusión, intimidación o acoso en el lugar de trabajo, siendo los tansgénero el grupo con mayor incidencia de discriminación.

Para Long, quien es transgénero, los resultados no fueron una sorpresa.

“Me encataba el trabajo que estaba haciendo, me encantaba mi investigación, pero fue duro”, le confiesa a Nature.

Así que fundó el grupo de físicos LGBT y empezó a presionar por más reconocimiento en la APS.

Además, Long ha ganado dos premios este año por sus trabajos como física nuclear.

ESCRITO POR:

ARCHIVADO EN: