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Los dos virus que se asocian a los recientes casos de la hepatitis infantil que se ha expandido por el mundo

Un grupo de científicos británicos asegura haber descubierto la posible causa de la hepatitis que afecta a niños en todo el mundo.

Hepatitis infantil

Rebecca cuenta que su hijo Se enfermó rápidamente. BBC

Por meses, una extraña hepatitis ha infectado niños de todo el mundo.

Se cree que más de 1.000 niños, muchos menores de 5 años, se han visto afectados en más de 35 países y algunos casos han sido tan graves que han necesitado hasta trasplantes de hígado.

Sus causas eran desconocidas, pero ahora, un grupo de científicos británicos asegura haber descubierto la posible causa.

Los investigadores creen que detrás de los nuevos brotes están dos virus comunes que regresaron después de que terminaron las cuarentenas por la pandemia:

  • el adenovirus, que normalmente causa resfriados y malestares estomacales
  • virus adenoasociado 2 (AAV2), que normalmente no causa enfermedad y requiere un virus “ayudante” coinfectante, como el adenovirus, para replicarse.

Los dos equipos de investigadores, de Londres y Glasgow, creen que los bebés, expuestos más tarde de lo normal a estos virus debido a las restricciones por la covid, perdieron algo de inmunidad temprana contra ellos.

Eso explica, en su criterio, por qué algunos desarrollaron complicaciones hepáticas inusuales y preocupantes.

Varios casos

Noah, de 3 años, vive en Chelmsford, Reino Unido, y es uno de ellos.

El menor necesitaba un trasplante de hígado urgente después de enfermarse gravemente de hepatitis.

Su madre, Rebecca Cameron-McIntosh, dice que la experiencia ha sido devastadora.

“Anteriormente no nos había pasado nada malo con él. Y todo fue de repente. Creo que eso fue lo que nos tomó por sorpresa”, recuerda.

“Simplemente asumimos que era un pequeño problema que se resolvería fácilmente, pero en realidad siguió creciendo como una bola de nieve”, agrega.

Noah
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Noah necesitó un transplante.

Inicialmente, Rebecca estaba lista para donar parte de su hígado para un trasplante, pero después de una reacción grave a los medicamentos utilizados, terminó en cuidados intensivos.

Noah fue incluido en la lista de trasplantes y, poco después, recibió un nuevo órgano.

Su recuperación ha sido buena, pero necesitará tomar medicamentos inmunosupresores de por vida para evitar que su cuerpo rechace el nuevo hígado.

“Hay algo realmente desgarrador en esto, porque sigues las reglas, haces lo que se supone que debes hacer para proteger a las personas que son vulnerables y luego, de alguna manera horriblemente indirecta, tu propio hijo se vuelve más vulnerable porque tú hiciste lo que se suponía que debías hacer”, dice Rebecca.

Casos raros

Casos como el de Noah han sido raros y la mayoría de los niños que contraen este tipo de virus se recuperan rápidamente.

No está claro por qué algunos desarrollan inflamación del hígado, pero la genética podría desempeñar un papel.

Los científicos han descartado cualquier conexión con el coronavirus o las vacunas contra la covid.

Una de las investigadoras del estudio, la profesora Judith Breuer, experta en virología del University College London y el Great Ormond Street Hospital, considera que el aislamiento durante la pandemia llevó a que los niveles de contagios con otros virus se retrasaran en muchos menores.

“Durante el período de cuarentena, cuando los niños no se mezclaban, no se transmitían virus entre sí. No estaban desarrollando inmunidad a las infecciones comunes que normalmente encontrarían”, explica.

“Cuando se levantaron las restricciones, los niños comenzaron a mezclarse, los virus comenzaron a circular libremente, y de repente se vieron expuestos con esta falta de inmunidad previa a toda una gama de nuevas infecciones”, añade.

rebecca
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Rebecca explica que su hijo necesitará medicamentos para el resto de su vida.

Los expertos tienen la esperanza de que los casos ahora sean cada vez menos, pero aún están en alerta por nuevos contagios.

La profesora Emma Thomson, quien dirigió la investigación de la Universidad de Glasgow, explica que todavía quedan muchas preguntas sin respuesta.

“Se necesitan con urgencia estudios más amplios para investigar el papel de AAV2 en los casos de hepatitis pediátrica”, dice.

“También necesitamos entender más sobre la circulación estacional de AAV2, un virus que no se controla de forma rutinaria; puede ser que una subida de infecciones por adenovirus haya coincidido con un aumento en la exposición a AAV2, lo que lleva a una manifestación inusual de hepatitis en niños pequeños susceptibles”, agrega.

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