¿Orquestó George W. Bush un plan para derribar las Torres Gemelas y matar a miles de personas en 2001? No.
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Por qué hay tanta gente que cree en las teorías de la conspiración
¿Dirigió Hillary Clinton una red global de tráfico infantil desde una pizzería de Washington? No.
La teoría de que el hombre en realidad no llegó a la Luna es una de las más extendidas. (Foto Prensa Libre: Getty Images)
Entonces, ¿por qué hay gente que piensa que sí lo hicieron? ¿Y qué nos dicen las teorías de la conspiración sobre la forma en que vemos el mundo?
Las teorías de la conspiración están lejos de ser un fenómeno nuevo. Han sido un ruido constante de fondo durante al menos los últimos 100 años, asegura el profesor Joe Uscinski, autor de “American Conspiracy Theories”.
También están más extendidas de lo que quizás crees.
“Todo el mundo cree en alguna y quizás en más de una”, afirma Uscinski. “Y la razón es sencilla: hay un número infinito de teorías de la conspiración ahí fuera. Si hiciéramos una encuesta sobre todas ellas, todo el mundo marcaría varias casillas”.
Esta conclusión no es única para Estados Unidos. En 2015, investigaciones de la Universidad de Cambridge, en Reino Unido, concluyeron que la mayoría de los británicos marcaban una casilla cuando les presentaban una lista de solo cinco teorías.
Estas iban desde la existencia de un grupo secreto que controla los acontecimientos mundiales al contacto con alienígenas.
Eso sugiere que, al contrario de la creencia popular, el típico teórico de la conspiración no es un hombre de mediana edad que vive en el sótano de su madre con un sombrero de papel de aluminio.
“Cuando miras los datos demográficos, la creencia en conspiraciones atraviesa las clases sociales, el género y la edad”, dice el profesor Chris French, psicólogo de la Universidad Goldsmith, en Londres.
De igual manera, independientemente de si eres de derecha o de izquierda, tienes la misma probabilidad de pensar que hay alguna trama en tu contra.
“Ambos bandos son iguales en términos de pensamiento conspirativo”, explica el profesor Uscinski sobre las investigaciones que se han hecho en Estados Unidos.
“La gente que cree que Bush voló por los aires las Torres Gemelas eran sobre todo demócratas, mientras que la gente que pensaba que Obama falsificó su propio certificado de nacimiento eran sobre todo republicanos, pero los números eran similares en ambos lados”.
Teorías de la conspiración
- La teoría de que los aterrizajes en la Luna fueron simulados ha provocado explicaciones detalladas que las refutan
- Las afirmaciones de que el criminal de guerra nazi Rudolf Hess fue reemplazado por un doble en la cárcel fueron desmentidas por el ADN provisto por un pariente lejano
- Los músicos Beyoncé, Paul McCartney y Avril Lavigne se han enfrentado todos a rumores de que fueron reemplazados por clones
- Algunas versiones de las teorías de que un grupo sombrío llamado Illuminati controla el mundo sugieren que celebridades y políticos son miembros del mismo
Para entender por qué nos atrae tanto la noción de que hay fuerzas sombrías que controlan los acontecimientos políticos, debemos pensar en la psicología que hay detrás de las teorías de la conspiración.
“Somos muy buenos para reconocer patrones y uniformidades. Pero a veces exageramos esto, creemos que vemos significado y sentido cuando realmente no lo hay”, dice el profesor French.
“También asumimos que cuando algo sucede, sucede porque alguien o algo lo hizo por una razón”.
Esencialmente, vemos algunas coincidencias en torno a grandes eventos y luego inventamos una historia a partir de ellos.
Esa historia se convierte en una teoría de la conspiración porque contiene “buenos” y “malos”, siendo los últimos responsables de todas las cosas que no nos gustan.
Culpar a los políticos
En muchos sentidos, esto es como la política cotidiana.
A menudo culpamos a los políticos de los malos acontecimientos, incluso cuando están fuera de su control, dice el profesor Larry Bartels, politólogo de la Universidad de Vanderbilt.
“La gente recompensará o castigará ciegamente al gobierno por los buenos o malos tiempos sin tener una comprensión clara de si, o como, las políticas del gobierno han contribuido a esos resultados”, asegura.
Esto es cierto incluso cuando las cosas que parecen muy poco relacionadas con el gobierno salen mal.
“Un caso que observamos con detalle fue una serie de ataques de tiburones en la costa de Nueva Jersey en 1916”, dice el profesor Bartels.
“Esta fue la base, mucho más tarde, para la película ‘Tiburón’. Encontramos que hubo un descenso bastante significativo en el apoyo al presidente [Woodrow] Wilson en las zonas que se vieron más afectadas por los ataques de tiburones”.
El rol del “nosotros” y el “ellos” de las teorías de conspiración también se puede encontrar en grupos políticos más importantes.
En Reino Unido, el referéndum de la UE ha creado un grupo de “remainers” (que quieren permanecer en la UE) y un grupo de “leavers” (que quieren salir de la UE) de tamaño similar.
“La gente siente que pertenece a su grupo, pero también significa que siente una cierta sensación de antagonismo hacia las personas del otro grupo”, dice la profesora Sara Hobolt, de la London School of Economics.
Los “remainers” y los “leavers” a veces interpretan el mundo de manera diferente. Por ejemplo, enfrentados a hechos económicos idénticos, los “remainers” tienen más probabilidades de decir que la economía va mal y los “leavers” de decir que va bien.
Las teorías de la conspiración son solo otra parte de esto.
“Los leavers que, en el período previo al referéndum, pensaron que iban a estar en el lado perdedor, tenían más probabilidades de pensar que el referéndum podría estar amañado”, dice el profesor Hobolt.
“Y luego eso cambió realmente después de que salieron los resultados, porque en ese momento los remainers estaban en el lado perdedor”.
Sin solución
Puede que no sea muy alentador saber que las teorías de la conspiración están tan integradas en el pensamiento político. Pero no debería ser sorprendente.
“A menudo es el caso de que estamos construyendo nuestras creencias de manera que apoyen lo que queremos que sea verdad”, dice el profesor Bartels.
Y tener más información es de poca ayuda.
“Las personas más sometidas a estos sesgos son las que están prestando la mayor atención”, dice.
Para muchos, hay pocas razones para saber qué acontecimientos políticos son los ciertos, ya que su voto individual no afectará la política del gobierno.
“No hay coste para mí por tener opiniones políticas equivocadas”, dice el profesor Bartels.
“Si me hace sentir bien pensar que Woodrow Wilson debería haber sido capaz de prevenir los ataques de tiburones, es probable que la recompensa psicológica de tener esos puntos de vista sea mucho mayor que cualquier otro castigo que pueda sufrir si las opiniones son incorrectas”.
Al final, queremos sentirnos cómodos, no estar en lo correcto.
Es por eso que particulares teorías de la conspiración van y vienen, pero la conspiración siempre será parte de las historias que contamos sobre los acontecimientos políticos.