La puertas del estadio se abrieron a tempranas horas de la tarde para que decenas de fanáticos, que llevaban ya días de esperar en fila para entrar, pudieran encontrar su espacio para ver el esperado concierto. Según los organizadores, se habían vendido de 16 mil entradas.
Los teloneros fueron los integrantes de Megadeth, quienes liderados por su mítico líder Dave Mustaine, hicieron un recorrido por sus mejores éxitos de metal.
Repentinamente, cayó una cortina negra que tapó todo el escenario y solo se escuchó la reconocible y malévola carcajada de Ozzy Osbourne, quien con sus 64 años es el líder indiscutible de la agrupación.
Osbourne, acompañado de Tommy Iommi (65 años) y Geezer Butler (64), guitarrista y bajista respectivamente, corría de lado a lado sobre el escenario como si aún fuera el joven que hace 43 años cuando escribió War Pigs, canción con la que cayó la cortina y dio inicio la presentación de Black Sabbath.
Durante la interpretación de Black Sabbath, posiblemente el tema más emblemático de los ingleses al ser no solo una canción y el nombre de la banda, si no también el nombre de su primer disco, el estadio se sacudía para cumplir la orden que dio Osbourne: “¡Salten!”.
Entre los 16 éxitos que interpretó la banda en esta ocasión, sonaron, Into the Void, N.I.B., Children of the Grave, Iron Man. Para el cierre de la noche escogieron Paranoid, canción perteneciente al disco del mismo nombre lanzado en 1970 que, además, es un símbolo de Black Sabbath.