Ciencia

¿En noviembre ocurren los atardeceres más bonitos?: Por qué cambia el color del celaje a final de año

En los últimos meses del año los celajes se caracterizan por tonalidades naranjas y rojizas. Científicos explican que se debe a propiedades físicas de la atmósfera y el comportamiento de la luz del sol.

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En noviembre el celaje suele cambiar a tonalidades naranjas y rojizas, por el clima y otros factores atmosféricos. (Foto Prensa Libre: Keneth Cruz).

En los últimos meses del año, sobre todo a finales de octubre e inicios de noviembre, la mayoría de las personas salimos a ver los atardeceres porque estos se caracterizan por sus tonalidades naranjas, rojizas y violetas. Los científicos señalan que estos cambios se dan por la lluvia y humedad del ambiente.

En esta época, el espectáculo celestial es digno de fotografías por los diferentes colores que muestran a comparación de los del resto del año. Por ello, se dice que los atardeceres son los más bonitos. Además, suelen estar acompañados por las bajas temperaturas y el clima cálido, así como por la melancolía del fin de ciclo.

Estos cambios de tonalidades en el cielo son por las propiedades físicas de la atmósfera y el comportamiento de la luz del sol. Los tonos dependen mucho de, por ejemplo, si hay humedad, nubosidad y también de la temperatura. Además, la luz del sol cambia conforme la posición del sol, comentó el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh).

Entonces, en noviembre, debido al descenso de la temperatura y a la disminución de la lluvia y humedad se produce un cambio en el color de los celajes.

“En los amaneceres y atardeceres, el ángulo del sol respecto al horizonte hace que los rayos viajen distancias más largas en la atmósfera y que ya no se vea el color azul característico, sino los colores naranjas y rojos. La limpieza del aire y el tipo de nubes también contribuyen a definir los colores del cielo”, añade Alex Guerra, del Instituto Privado de Investigación sobre Cambio Climático (ICC).

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El cambio de tonalidades de los atardeceres también es por el ángulo del sol respecto al horizonte. (Foto Prensa Libre: Keneth Cruz).

Por qué el cambio de colores ocurre a fin de año

A finales de octubre se aleja de Centroamérica una franja grande de nubes llamada “zona de convergencia intertropical”, que es la principal determinante de la estación lluviosa. Al no tener estas nubes en el cielo, los rayos del sol pueden desplazarse y ser dispersados por las partículas de aire, que es lo que permite ver los colores típicos de los atardeceres de esta época.

Otro factor importante son los frentes fríos, que son masas de aire de alta presión, causantes de los cielos muy despejados típicos de noviembre y diciembre. “Los vientos que están asociados a estas épocas y que permiten volar barriletes, limpian el aire al desplazar la humedad y la contaminación de las partes bajas de la atmósfera. Esto ocasiona que tengamos las condiciones para los atardeceres coloridos de fin de año”, dice Guerra.

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Las tonalidades del atardecer dependerán del clima y de la contaminación. (Foto Prensa Libre: Keneth Cruz).

En esta temporada también se presentan nubes altas a donde llegan los rayos de luz dispersa y reflejan los colores naranjas y rojos; de la forma y tamaño de estas nubes dependen los diferentes patrones que apreciamos.

Por qué hay atardeceres dorados en el mar y desiertos

De acuerdo con Guerra, uno de los ingredientes importantes de las tonalidades del atardecer es la limpieza del aire. Por lo que el aire limpio en desiertos y los mares tropicales incide en que sean lugares más típicos para ver este tipo de espectáculo en el cielo.

También inciden los “obstáculos” que encuentren los rayos solares en el camino, tales como nubes, especialmente las bajas.

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En los mares tropicales y en los desiertos, debido a la poca contaminación y nubes, se aprecian mejor las tonalidades de los celajes. (Foto Prensa Libre: Andrea Jumique).

“Los colores que uno observa también dependen de la presencia de nubes altas en donde se reflejen los rayos dispersos que ya causan los diferentes patrones y tonos de colores naranjas y rojos. En lugares con mala calidad del aire, como es típico de las grandes ciudades, es difícil ver los colores del atardecer”, añade el profesional.

Aunque cada día, al finalizar la tarde, ocurre un evento digno de admirar en el cielo, la recomendación es no mirar al sol directamente ya que podría causar un daño irreversible en la vista.

El cambio climático podría afectar este espectáculo en el cielo, ya que a medida que se calienta el océano y la atmósfera, cambian los patrones de lluvias y la nubosidad.

En los lugares en los que se espera una reducción en las lluvias habría una nubosidad reducida también, permitiendo que el cielo esté más despejado y que se generen los amaneceres y atardeceres coloridos. Esto podría ocurrir en Guatemala y Centroamérica, ya que si la temporada de lluvia termina pronto, quizá a principios de octubre y no a finales, los atardeceres con estas tonalidades se verían antes.

*Con información del texto The Science of Sunsets, por Stephen F. Corfidi de la Administración Nacional del Océano y la Atmósfera de los Estados Unidos de América (NOAA).