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Sin embargo, el astronauta, originario de New Jersey, también es conocido por ser colaborador cercano de Elon Musk en su empresa de manufactura de cohetes aeroespaciales, SpaceX.
“Creo que la diferencia entre SpaceX y el resto de las compañías espaciales radica en Elon Musk. A él se debe una gran parte del crédito del éxito, y eso es porque él contrata a muy buenos colaboradores; es muy bueno reclutando talento”, explica, en entrevista con Forbes México, en el marco de la reunión plenaria anual de Citibanamex.
Según Reisman, Musk ha sido un visionario, con objetivos claros en sus empresas, y se distingue también por ser bueno motivando a su personal.
“Él tiene buena visión, muy ambiciosa: fija metas muy altas, pero se asegura de que la gente pueda alcanzarlas”, afirma. Garrett Reisman asegura que la industria espacial requiere muchos perfiles profesionales, por lo que es alentador que se perciba un mayor interés por este ámbito de negocios.
“Cuando pensamos en misiones espaciales, pensamos (en automático) en astronautas, ingenieros… Y, sí, mayormente los necesitamos, pero también se necesitan personas capacitadas en finanzas, recursos humanos, comunicación, expertos en manufactura. Parte de la misión no sólo es construir un cohete espacial y tripularlo; cuando hablamos de compañías espaciales, hay que construir una comunidad y una cultura empresarial”.
La carrera espacial
Garrett Reisman no imaginaba que en el futuro sería astronauta. Recuerda que, aunque su interés por las aeronaves está presente en él desde la infancia, no fue sino hasta la universidad cuando la idea de convertirse en viajero espacial empezó a materializarse.
“Hay un tema de diversidad e inclusión. No crees que eres capaz de hacer las cosas, hasta que no ves que alguien como tú lo logra. Cuando veía a los pilotos de pruebas o a los astronautas, no pensaba que era posible llegar ahí; pero luego ves a los ingenieros y te das cuenta de que no son distintos a ti”.
Al comprender que los ingenieros que trabajaban en la NASA eran personas similares a él, Reisman, quien hoy difunde contenido sobre viajes espaciales a través de su cuenta de Twitter @astro_g_dogg y su sitio web www.GarretReisman.com, decidió volcar su energía y talento hacia una carrera espacial.
“Yo diría que la única forma en la que puedes descartar que tu sueño se haga realidad es no intentándolo. No intentarlo es la única forma de asegurarte el fracaso al 100%”, afirma.
En esa visión coincidió con Elon Musk, pues Reisman dice que el apetito de los inversionistas es insaciable, que están ansiosos por poner más recursos en empresas de la industria espacial. Sin embargo, no siempre fueron tiempos sencillos para el emprendimiento espacial de Musk.
“Antes de que SpaceX fuera exitosa, el pensamiento convencional era que no había forma de hacer dinero en el sector espacial; es decir, se hablaba de que garantes compañías podrían obtener buenos contratos del gobierno, pero había una barrera de entrada que parecía que nunca se iba a derribar”.
SpaceX, la firma de Elon Musk, ha desarrollado los cohetes Falcon 1, Falcon 9 y la gama Dragon. La firma de Elon Musk fue la primera empresa privada que lanzó, orbitó y recuperó con éxito una nave espacial, y fue también la primera en realizar vuelos espaciales con carga comercial.
Garrett Reisman afirma que, en la industria espacial, se dice que la única forma de hacer 1 millón de dólares con una compañía espacial es empezar con 1,000 millones de dólares para gastar.
“Es una industria muy intensiva en el requerimiento de capital. Elon escogió dos industrias: la primera, [al comienzo de su carrera], una industria de pagos a través de PayPal. Eso no tomó mucho capital, sino ingenieros. Pero, luego, cuando pensamos en la industria automotriz y espacial, hablamos de dos industrias que requieren inversiones iniciales muy grandes, para fábricas, personal, especialización… Eso es muy caro. Nadie hacía dinero iniciando una compañía automotriz nueva en Estados Unidos desde… quizá, Chrysler”.
El perfil del Musk es multiconocido. Con una fortuna cercana a 170,000 millones de dólares, es uno de los hombres ubicados en el top 10 de los millonarios estadounidenses con mayores fortunas.
Su compañía SpaceX está valuada hoy en 46,000 millones de dólares, cuando, en 2016, su fortuna total apenas rebasaba los 10,000 millones de dólares.
Romper las barreras para empresas privadas en la industria espacial no ha sido fácil. La labor de quienes apuestan por una industria privada que busque colocar humanos en el espacio se dio en dos fases: primero, convencer a los legisladores de que era buena idea permitir la participación privada en misiones ; y, la segunda fase, quizá más difícil: tener proyectos sólidos por los cuales apostar”.
“ Elon Musk fue disruptivo en tres industrias diferentes, pero crear confianza [en inversionistas] fue difícil. En 2011, muchos pensaban que SpaceX fallaría. La razón era que, técnicamente, es muy difícil poner en marcha proyectos espaciales. Incluso la NASA inició dando dinero a privados para hacer cohetes y llevar carga. Muchos no se imaginaron que la carrera espacial sí tendría sitio para que existiera una (o varias) empresas privadas espaciales exitosas”.
* En alianza con Forbes México, artículo de Viridiana Mendoza Escamilla.