También es una buena opción al momento del brindis, ya que su dulce sabor es agradable para quienes no están acostumbradas a consumir vino. En cocteles y reuniones informales se puede servir con quesos, pinchos de pollo o chocolates.
El color proviene principalmente de dos técnicas. La primera consiste en aplastar las uvas de hollejo —delgada piel— tinto, para que este entre en contacto con el mosto —zumo—. El otro se conoce como sangrado, que se obtiene luego de la fermentación del vino tinto.
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Aunque casi no se practica, algunas personas mezclan el blanco con el tinto, a fin de obtener vino rosado. Sin embargo, es una técnica que no se recomienda, puesto que se pierde la calidad de la bebida.