Prosigue: “Hace poco fui al doctor porque empecé a llorar mucho, a tener pensamientos absurdos y repitentes que me empezaron a atormentar. Aun con todo, yo tengo mi título y cuando empezaba a trabajar tuve que recibir terapia. Cuando nacieron mis hijos, solo pensaban que iban a morir y cuando iban al colegio creía que no iban a regresar. Y así ha sido mi calvario. Me estaba tratando un psiquiatra y llevo poco tiempo de medicarme. Dice la psicóloga que en 50 años he cargado tristeza y dolor profundos. La gente le dice a uno que hay que sobreponerse, pero no es solo así Yo llevo un tratamiento, estoy buscando mucho a Dios y en la iglesia recibo apoyo. Están los médicos y asociaciones que apoyan. Rina, tengo muchos años de leer su columna”.
Amiga: Yo siento, y es mi opinión, que con todas las complicaciones en su salud, por sus dolencias emocionales, usted ha tenido la sabiduría suficiente para enfrentar esas secuelas dolorosas que viene arrastrando de su niñez. En verdad, han sido muy fuertes esos desafíos que usted ha enfrentado con mucha fortaleza y fe en Dios. Además de sus fuerzas físicas, ha sido inteligente para asesorarse profesionalmente, con terapeutas especializados, que le han ayudado a luchar frente a una dura enfermedad depresiva, que se inició desde sus primeros años y que posiblemente surgió de factores genéticos.
La Enciclopedia de Problemas Psicológicos, de Clyde M. Narramore, describe a las personas con este diagnóstico, con las características siguientes: “Dudas exageradas, temores infundados, angustia sin razón, falta de confianza y tendencia a la reiterada repetición de algún acto o idea”. Exactamente los síntomas que usted describe y que los especialistas están tratando.
Lo valioso, en su caso particular, es la ayuda profesional que usted ha buscado en su lucha por mejorar su calidad de vida. Además, es tan importante acogerse a Dios con todas las fuerzas y con toda el alma; familiarizarse con esos grupos de apoyo que no solo motivan, sino realmente ayudan. Es por todo esto que dije al principio que su testimonio es aleccionador.
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