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El sistema serviría para administrar fármacos inyectados que no se pueden administrar oralmente porque si fueran ingeridas sin más serían desnaturalizadas (digeridas) por la combinación de las enzimas digestivas y el ácido estomacal.
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Esta píldora servirá para administrar medicamentos como la insulina, algunos antibióticos, la heparina, vacunas o tratamientos oncológicos. Además de evitar la incomodidad que supone para los pacientes, como los diabéticos, inyectarse todos los días, también está la ventaja de que no sienten los pinchazos.
“Como no hay receptores del dolor en el tracto intestinal, el paciente no sentiría los pinchazos”, señaló el MIT en una nota. Hay personas que sufren de belenofobia, un miedo irracional hacía las agujas.
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Otra de las ventajas es que la absorción del medicamento es mejor que con la tradicional inyección subcutánea o intramuscular, según Giovanni Traverso, uno los investigadores del equipo.
“Para las molécula que son especialmente difíciles de absorber, esta sería una forma de administrarlas de forma más eficaz”, dijo. No obstante, como siempre en estudios en esta fase, todavía faltará un tiempo hasta que esta innovacuión se pueda aplicar a humanos.
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