Los científicos hallaron que una dieta baja en calorías activa una molécula de proteína, la CREB1, que activa una serie de genes relacionados con la longevidad y la buena función cerebral.
“Esperamos encontrar una manera de activar la CREB1, por ejemplo, a través de nuevos fármacos, para mantener el cerebro joven sin necesidad de una dieta estricta”, dijo el autor principal del estudio, Giovambattista Pani, investigador del Instituto de Patología General de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica del Sagrado Corazón en Roma.
Los investigadores habían descubierto anteriormente que los ratones que siguen una dieta muestran mejores habilidades cognitivas y de memoria, menor agresividad, y tienden a evitar o retrasar la enfermedad de Alzheimer. Pero no sabían la razón exacta.
“Se sabe que la CREB1 regula las funciones importantes del cerebro que controlan la memoria, el aprendizaje y la ansiedad, y su actividad se reduce o se ve comprometida por el envejecimiento fisiológico”, indicó el estudio.
Los ratones que fueron genéticamente modificados para carecer de CREB1 mostraron la misma discapacidad cerebral que los ratones que fueron sobrealimentados.
“Por lo tanto, nuestros hallazgos identifican por primera vez un importante mediador de los efectos de la dieta en el cerebro”, dijo Pani.
“Este descubrimiento tiene importantes implicaciones para desarrollar futuras terapias para mantener el cerebro joven y prevenir la degeneración cerebral y el proceso de envejecimiento.”