“El caldo va a aportar vitaminas hidrosolubles y minerales que resistan las temperaturas de cocción, ya que son nutrientes muy sensibles al calor”, explican los expertos.
Vale la pena hacer la diferencia entre el consumo de un caldo elaborado en casa y aquellos que son procesadps, que en su mayoría son ingredientes deshidratados, porque estas últimas no contendrán ni aportarán contenidos nutritivos.
Antes de preparar una sopa o caldo, hay que tener cuidado con el consumo de sal, porque este es un factor que puede provocar hipertensión. Su consumo no debe ser mayor al de cinco gramos por día, aunque de preferencia hay que erradicarla completamente de la cocina.
Cuando se trata de purés y cremas, las propiedades nutritivas aumentan, ya que en su mayoría están elaboradas de verduras, hortalizas, mezcladas con lácteos, lo cual ayuda a aportar mayor cantidad de minerales, vitaminas y fibras esenciales. Si a esto se le añade carnes blancas de pollo o pescado, se añade la parte proteica al platillo.