Ella fue hija de un corresponsal de guerra argentino, Tito Livio Foppa, y de Julia Falla, heredera de una familia terrateniente en el país. “¿Cómo terminaron ambos juntos? Son cosas que pasan y que luego dan como resultado personas maravillosas comoAlaide”, dice Solórzano.
Ella fue hija única y su infancia estuvo llena de arte. “Vivió entre libros, música y fue concertista”, escribe una de sus mejores amigas, la mexicana Elena Poniatowska, ganadora del Premio Cervantes, en el libro Alaide Foppa, Antología.
Su vena literaria y poética la tuvo durante toda su vida, y por ello destacó en los círculos intelectuales de Guatemala y México.
“Nadie comprende cómo a Alaide le dio tiempo para abarcar los cuatro intereses de su vida, los cuatro pilares que la sostuvieron: la crítica de arte, el feminismo, la poesía (límpida, clara como ella misma), y la docencia”, agrega Poniatowska.
Foppa estudió Historia del arte y Letras en Italia, lo que le dio una formación profunda. Su dominio del italiano le facilitó el título de traductora, con la cual se sostuvo económicamente durante varios años.
En la década de 1940 vivió en Guatemala, en la efervescencia de la Revolución de 1944. “Conoció a al presidente Juan José Arévalo con quien tuvo una relación amorosa y el resultado fue mi nacimiento”, dice Solórzano.
En 1946 Foppa salió de Guatemala hacia México, al mismo tiempo que el intelectual guatemalteco Alfonso Solórzano, con quien contrajo matrimonio y le dio su apellido a Julio, el primer hijo de la escritora. El matrimonio Solórzano Foppa procreó cuatro hijos.
Activista
En México, en la década de 1970 participó en defensa de los intereses de las mujeres, y se volvió feminista activa. Fundó la revista FEM, la cual llegó a ser de gran relevancia y la primera revista semanal feminista de México. Se integró activamente a la Agrupación Internacional de Mujeres contra la Represión.
Fue titular de la cátedra de Literatura Italiana en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de México y fundadora de la cátedra de Sociología de dicha casa de estudios. También fue docente en la Universidad San Carlos de Guatemala.
En la década de 1970 algunos de sus hijos se involucraron en el movimiento guerrillero en Guatemala. En 1980 fallecieron sus hijos, en la montaña. Después murió su esposo en un accidente de tránsito.
Alaide Foppa viajó a Guatemala a renovar su pasaporte guatemalteco y el 19 de diciembre de 1980 fue secuestrada, aparentemente por las fuerzas de seguridad, en las cercanías de la Placita Quemada de la zona 1. No se volvió a saber de ella.
Romeo Lucas García era entonces el presidente de este país. “Creo que desde entonces comenzamos una búsqueda personal que luego se volvió una voz para todos los desaparecidos. Recientemente me entregaron documentos que revelan las respuestas que daba el gobierno guatemalteco al mexicano, cuando este último pedía explicaciones sobre la desaparición de Alaide. Su nivel de indiferencia era de miedo”, indica Solórzano.
La escritora
La reivindicación de la mujer, la lucha social y el amor a su país está presente en la poesía de Foppa. Entre esta destaca Las palabras y el tiempo, La sin ventura, Elogio de mi cuerpo, Los dedos de mi mano y Aunque es de noche.
Homenaje
Varias organizaciones efectuarán hoy actividades en honor de Alaide Foppa, que incluyen música y poesía, en El Gran Hotel, zona 1, desde las 10 horas. Entrada libre.
AGENDA DEL FESTIVAL
10 horas: inauguración Festival Alaide Foppa.
10.15 horas: cine-foro La Sin Ventura, filme de de María del Carmen Lara y Leopoldo Best.
12 horas: concierto de las agrupaciones Nikikot, Sin rostro no hay firma, Lu Van Blues y Alejandro Arriaza.
13 horas: lectura de poesía de con los escritores Guillermo Puente, Ivannova van Herzen, Isis Pamela Pineda y Tony Asturias.
15 horas: concierto de Jackelin Nishtal, Devora Rahel, Trip Chatia, Domi Hunziker y Aimin Etwal.
17.30 horas: seminario Literatura Feminista.
19.30 horas: concierto con la agrupación San Antonio de Cabeza.