El equipo del Art Loss Register rápidamente lo identificó como el que fue robado en el museo sueco el 11 de mayo de 1987.
Posteriormente hubo varios intentos para revenderle el cuadro al museo por una importante suma de dinero, según informaciones de prensa de la época, pero la institución rechazó todas las ofertas y el rastro se perdió… hasta ahora.
Apenas días después de su detección, el especialista Christopher Marinello tenía la obra en su caja fuerte, donde espera ser entregada al museo sueco.
Roberts, que dirige la empresa Charles Fine Art en Essex, cerca de Londres, dijo que un anciano residente en Polonia le pidió que vendiera este cuadro que tenía desde los años 1990 porque quería sacar un poco de dinero para sus nietos.
Como el marchante no sabía a quién había pertenecido anteriormente, lo sometió al Art Loss Register para conocer su procedencia.
“No esperaba que me dijeran que había sido robado. Fue una sorpresa”, explicó Roberts.
“Hubiera sido un buen negocio para todos, pero desafortunadamente no tenía que ser. En cuanto me informaron de su condición, ya sólo era cuestión de devolverlo”, agregó.
Roberts dijo que el polaco lo compró “de buena fe”, y que cuando le dijo que era robado y no podía venderse, el hombre estaba “desconcertado, atónito, aunque dijo: ” o sea que es definitivamente verdadero?”.
El director del museo sueco cuando se produjo el robo dijo entonces a la prensa que el cuadro era demasiado conocido para salir al mercado, y ésta es posiblemente la razón por la que estuvo tanto tiempo desaparecido.
Marinello, abogado y especialista en recuperar obras de arte, recordó que ” el arte robado no tiene valor real en el mercado legítimo y a la larga vuelve a emerger”. “Es sólo cuestión de esperar”, agregó.