El próximo martes, la Biblioteca Nacional de Francia (Bnf) , depositaria de un importante conjunto de dibujos originales, comenzará a celebrar también este cumpleaños artístico, literario y editorial con la exposición “La fábrica de Babar”.
Entre tanto, en el museo de la calle Rivoli se pueden descubrir ya los primeros dibujos que dieron vida al paquidermo, a su esposa Celeste y a sus pequeños, pero también los primeros juguetes fabricados con su imagen, así como algunos de sus trajes y fragmentos de películas de dibujos animados que protagonizaron.
Con ellos se quiere dar a conocer cómo nacieron ese personaje y sus compañeros de aventuras y cómo se encarnaron en diferentes soportes, en primer lugar, por supuesto, en el dibujo en papel, pero muy pronto también en el juguete de peluche, explicó a la comisaria de la muestra, Dorothée Charles.
Los dibujos animados llegaron a finales de los años 50 del siglo XX y el cine volvió a enfocar en la década de los años 80 a este héroe familiar, quien, tras formarse en el mundo de los humanos, retornó a la selva, donde fue elegido rey.
“Ahora hay una nueva serie de filmes en 3D en la que se convierte en abuelo”, resaltó la comisaria.
La muestra, que estará abierta hasta el próximo 2 de septiembre, ocupa la Galería de Juguetes del Museo, es decir, un espacio relativamente reducido para las dimensiones de la institución, situada en uno de los brazos del Museo del Louvre, abarrotado ayer durante la inauguración.
En parte por haberse hecho coincidir el evento con la condecoración de Laurent Brunhoff, de 86 años, hijo de los creadores de Babar y continuador de su obra, a quien el ministro francés de Cultura, Frédéric Mitterrand, entregó la insignia de comendador de las Artes y las Letras.
Brunhoff, que publicó su primer álbum de Babar a los 20 años, en 1946, cruzó el Atlántico para la ocasión, pues desde hace varias décadas reside en Estados Unidos.
La historia de Babar, recuerdan sus historiadores, comenzó hacia 1930, cuando un pequeño elefante -que todavía no se llamaba Babar- era el personaje de un cuento que Cécile de Brunhoff, pianista y madre de Laurent, le contaba de niño a él y a su hermano Mathieu.
Seducido por ese inocente paquidermo que huyó de la selva cuando un cazador mató a su mamá, el padre de Laurent, Jean de Brunhoff, le dio vida física y creó sus primeros dibujos, sus primeros trajes verdes y un primer álbum de acuarelas titulado “La historia de Babar” .
La idea de publicarlo fue de su cuñado, el editor Lucien Vogel, y en cuanto salió a la venta, en 1931, el éxito fue enorme.
Laurent de Brunhoff murió prematuramente de tuberculosis, en 1937, mientras sus álbumes seguían vendiendo millones de ejemplares, y fue su hermano, editor del “Vogue” francés, quien sugirió a Laurent, entonces de doce años, colorear dos álbumes todavía inacabados que había dejado su padre.
Uno de ellos fue “Babar y Papa Noel” , publicado en 1941, recordó la comisaria.
Así continuaron las historias de Babar hasta que, en 1946, recién terminada la Segunda Guerra Mundial, Laurent de Brunhoff creó “Babar y Arturo el travieso” , añadió la comisaria.
Fue el primero de una serie de casi cuarenta álbumes traducidos a 27 idiomas de los que se han vendido millones de ejemplares.
Según el vespertino “Le Monde” , de los 75 álbumes de Babar publicados en el mundo, se han vendido “no menos de trece millones de ejemplares”.