“Nosotros creemos que la historia debe contarse, que los jóvenes tienen que saber cómo se formó este país”, explica Alejandra Castillo, subdirectora del Centro para la Acción Legal en Derechos Humanos (Caldh), organización fundadora del proyecto.

Este museo, que se empezó a gestar en el 2006 y que este año se hizo realidad, es una apuesta de Caldh para colaborar con la memoria histórica.

“Los jóvenes, cuando vienen, se encuentran con una realidad que no se les enseña en la escuela. No conocen sobre la guerra, sobre la invasión, sobre la revolución de 1944, pero con el recorrido se les despierta la curiosidad y preguntan”, explica Fabiola García, encargada del Departamento de Comunicación de Caldh.

El principio

El recorrido comienza en una sala donde voluntarios cuentan la historia de la época Precolombina. “Los guatemaltecos necesitamos conocer sobre la cultura y nuestros antepasados”, agrega García.

En la segunda parte se comenta sobre la época de la independencia y la revolución. “En estas salas los jóvenes reflexionan y preguntan por los presidentes. Se les explican los motivos de la Revolución de 1944 y la contrarrevolución posterior”, refiere Castillo.

En las salas siguientes, la exposición muestra los motivos de la guerra de 36 años en el país. “Estos salones sirven para reflexionar, para entender la realidad actual. Los visitantes conocen los motivos de la guerra y las consecuencias de ella, y se impresionan con las masacres y las desapariciones forzadas”, dice García.

La esperanza

En la última sala se presentan los resultados del recorrido. “Es un momento para la esperanza, para que los visitantes sueñen y construyan la nación que quieren”, expone Castillo.