Richard Muller realizó un estudio de las temperaturas de la superficie mundial, financiado en parte por una fundación vinculada con personas que niegan el calentamiento global. Muller se apoyó en teorías de los escépticos a la hora de analizar los datos. Aún así, concluyó que la tierra es 0,89 grados centígrados (1,6 grados Fahrenheit) más caliente que en la década de 1950.
Sus conclusiones son similares a las expresadas desde hace decenios por los científicos expertos en clima.
Estas cifras de M ller, quien trabaja en la Universidad de California en Berkeley y en el Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley, coinciden con los de la Administración Nacional del Océano y la Atmósfera (NOAA) y la NASA.