La joven fue condenada por un tribunal de Estambul por “insulto a una autoridad del Estado”, pero la ejecución de su pena ha sido postergada, indicó la agencia de prensa Dogan, bajo la condición de que no vuelva a cometer ofensas en los próximos cinco años.
Brevemente arrestada en enero del 2015, la joven admitió, entonces, a los investigadores haber compartido un fragmento de un texto publicado en un semanario satírico, pero afirmó no haber “querido” insultar al presidente.
Los abogados de Erdogan defendieron que el hecho de compartir el poema no entraba en el “contexto de la libertad de expresión” y sobrepasaba “los límites de la crítica” al humillar al presidente Erdogan, según Dogan.
Los procesos por injurias a Erdogan se han multiplicado desde su elección como jefe de Estado en agosto del 2014, un signo, según sus detractores, de una deriva autoritaria.
Casi dos mil procesos judiciales se han entablado en Turquía en contra de artistas, periodistas e incluso particulares.
Erdogan causó alboroto en abril último cuando, sobre la base de una ley arcaica alemana que criminaliza insultar a jefes de estado extranjeros, mandó a arrestar un comediante alemán que se mofó de él en un poema lleno de profanidades.