Afuera del palacio, los admiradores de Juan Gabriel habían comenzado su propio homenaje cantando y bailando sus éxitos mientras sostenían flores, fotografías y letreros con muchos de sus recuerdos más gratos.
“Su música, su alegría, todo”, dijo a AP Armando Tobías, uno de los admiradores. “Creo que como Juan Gabriel no hay otra persona, no va a haber otro. Yo lloro, va a pasar el tiempo y voy a seguir llorando su ausencia”.
Desde que se supo de su muerte el domingo, los seguidores de Juan Gabriel anticipaban su regreso al Palacio de Bellas Artes, donde rompió esquemas en 1990 al presentarse tres noches seguidas en un recinto reservado generalmente para ópera, danza y conciertos de música clásica, una hazaña que repitió en el 2013 al cumplir 40 años de trayectoria.
En Los Ángeles, en tanto, la policía local señaló que los restos del cantante no salieron al aeropuerto internacional de la ciudad como había informado el lunes.
Los familiares del cantautor dijeron a la policía que había diversos vehículos en la funeraria Malinow & Silverman Mortuary del suroeste de Los Ángeles, donde Juan Gabriel fue velado, y que no iba en uno que se dirigió al aeropuerto y que fue seguido por cámaras de televisión.
El sargento Frank Preciado dijo a The Associated Press el martes por la mañana que los restos fueron llevados a un lugar no especificado y que las autoridades no preguntaron a dónde se dirigía por no tratarse de un asunto policial.
Alberto Aguilera Valadez, nombre real de Juan Gabriel, falleció el domingo en Santa Mónica, California, dos días después de haber dado su último concierto en Inglewood. Murió de causas naturales a raíz de “problemas cardiacos”, dijo el lunes el forense del condado Los Ángeles. Tenía 66 años.
Ed Winter, asistente del jefe de investigaciones del forense, dijo a la AP que no le hicieron autopsia porque revisaron su historial médico y determinaron que tenía males cardiacos.