El miércoles 3 de agosto, como parte de las celebraciones se realizó un concierto a las 16 horas en el lobby de este lugar, ubicado en la 5a. calle y 3a. avenida de la zona 1.
Una manta dividía el lugar del concierto y el auditórium, que todavía se encuentra en remodelación y que se espera sea entregado en agosto por el Ministerio de Cultura y Deportes.
Los conciertos por lo regular han sido en línea o con asistencia reducida. Esta fue la primera fecha abierta a más público y participaron cerca de 30 estudiantes de la orquesta y coro. En el evento también participaron padres de familia.
Los niños y adolescentes dirigidos por sus maestros prepararon su presentación y muchos de ellos se vieron por primera vez durante los ensayos presenciales.
“Debido a la pandemia y las remodelaciones no hemos podido regresar a la presencialidad e incluso esto ha afectado porque ha bajado la cantidad de alumnos”, dijo la directora de la institución Zoila Luz García Salas, quien lleva un año a cargo de la institución.
El conservatorio tenía cerca de mil alumnos y actualmente son 250 aproximadamente. En noviembre se abrirán los cursos presenciales y se hará una campaña para que los estudiantes vuelvan a las aulas.
García Salas comparte la necesidad de regresar a las clases presenciales. “Ahora con la presencialidad queremos seguir formando a los estudiantes para que sigan teniendo éxito nacional e internacional, en línea hemos logrado que algunos ganen premios y participen en concursos internacionales”, agrega.
La directora también hace un llamado a los estudiantes a prepararse y que se formen en su camino artístico para tener una carrera profesional e invita a los antiguos alumnos a acercarse a ayudar a formar orquestas y conjuntos, así como darles un ejemplo a lo que pueden hacer, “nuestro deseo es que nuestro conservatorio viva de nuevo”, agrega.
Ernesto Eugenio Calderón, flautista, arreglista, director orquestal y coral, docente universitario y también exalumno del conservatorio invita a rescatar lo que el esta institución había ganado antes de la pandemia y que ha sido emblemático, “ahora esperamos que el público se vuelque de nuevo a este referente del arte y que la academia se recupere”, agrega.
Parte de la historia
En la página oficial del gobierno se habla de la historia de este lugar. El Conservatorio Nacional de Música comenzó a formarse en 1873 y estaba ubicado en el local llamado Santo Domingo ahora 12 avenida, entre décima y once calles de la zona 1.
Su fundador fue el maestro italiano Juan Aberle, quien además lo financiaba personalmente. Entre los alumnos con los que se iniciaron las actividades se encontraban Víctor Manuel Figueroa, Juan Cividanes, Alfonso Méndez y Salvador Iriarte, quienes estaban internos en la institución. El Maestro Juan Aberle era, además, el director de la Sociedad Filarmónica.
Al finalizar el primer año, Aberle insiste en pedir ayuda al Estado, con la presentación de los resultados obtenidos a la fecha, incluyendo la construcción de un nuevo edificio. Mediante un acuerdo presidencial del 17 de febrero de 1875 se le da el aval en el Presupuesto del Estado para que se le asigne la cantidad de 165 dólares semanales, que servirán para el pago de personal docente y empleados.
García Salas, agrega que el conservatorio entró en funciones completas el 1 de agosto de ese año y es ahí donde se celebra el aniversario.
Sin embargo, pasado un período de tiempo, el gobierno de Guatemala le suspendió la ayuda al conservatorio, y nuevamente el maestro Aberle se quedó solo, luchando por el sostenimiento de la institución. Logró hacerlo con la ayuda de algunas familias a quienes pidió auxilio económico. Después de este tiempo el conservatorio ha pertenecido a varias dependencias hasta hoy que es parte del Ministerio de Cultura y Deportes.
En 1880 se retomó el proyecto y se reorganizó, según se puede establecer a través del Acuerdo Presidencial de fecha 3 de agosto de 1880. Esta vez su sede fue en el Convento de la Merced y se establece en este mismo acuerdo que el Conservatorio debe iniciarse con los alumnos de la sección de música del Instituto de Artes y Oficios, con los de la Escuela de Sustitutos y con los elementos que poseía el Conservatorio de Santo Domingo. El conservatorio fue entonces una dependencia del Despacho de Instrucción Pública.
Luego, en 1882, nuevamente el conservatorio es objeto de la atención del gobierno. Esta vez de manera más formal debido a que era un establecimiento que le estaba dando prestigio a la nación por los resultados que se estaban obteniendo con los estudiantes. Lo anterior permitió que se le asignara una partida por separado en el Presupuesto General de Gastos de la Nación. Es así, que con fecha 27 de diciembre de 1882, el Presidente de la República, a través de acuerdo presidencial ordena cómo se distribuirá el presupuesto asignado.
En 1885, el gobierno autorizó tal gestión y por Acuerdo Gubernativo con fecha del 27 de mayo de 1885, el conservatorio es militarizado. Tal situación no duró mucho tiempo, y se restituyó al conservatorio a su antigua dependencia en 1886.
Durante los últimos gobiernos previos a la Revolución de 1944, vuelve a convertirse en establecimiento militarizado, lo cual termina con la gesta revolucionaria. Posteriormente el conservatorio pasa a ser dependencia del Instituto Nacional de Bellas Artes, institución perteneciente al Ministerio de Educación, y en 1968, según Acuerdo Presidencial número 55 del 1 de marzo, se crea el reglamento general en el que queda aprobado el pensum de estudios que rige hasta la fecha.
