Escenario

Adolfo Méndez Vides reedita novela ganadora del Premio Mario Monteforte Toledo

El escritor guatemalteco Adolfo Méndez Vides recientemente presentó la segunda edición de su novela "Las murallas", con la cual ganó en 1997 el Premio de Novela Mario Monteforte Toledo.

CIUDAD DE GUATEMALA – La narración relata la vida de dos guatemaltecos en la ciudad de Nueva York, atados a sus vicisitudes, a su desarraigo y a sus preguntas de la vida.

Méndez Vides conversó con Prensa Libre sobre la novela y algunos detalles de la escritura de su narrativa.

Con respecto a Las Murallas, ¿qué tanto ha cambiado el mundo desde la década de 1990 cuando la escribió?

La idea de Las murallas surgió en 1984, cuando publiqué el cuento Premios Magníficos, que correspondió a mi primer aproximación al tema de la dualidad, donde un personaje se niega a ceder ante el imperativo de la vida, no quiere trabajar para vivir; y el otro, su sombra, el narrador anónimo, el hombre débil, se convierte en sostén y cuidado del otro, en contra de su voluntad.

En la década de 1990 desarrollé un cuento largo, que en los días posteriores a la firma de la paz se convirtió en novela. Entre la idea y su culminación pasaron 12 años, y en la novela misma transcurren décadas. El mundo cambia en apariencia, pero es siempre el mismo en lo que se refiere a la condición humana. No hay diferencia. Los guatemaltecos somos tan aguantadores hoy como ayer.

Portada del libro Las Murallas de Méndez Vides. (Foto Prensa Libre: Archivo)

¿Somos una especie que gusta de las murallas para ocultarnos de nuestros miedos?

Las murallas se nos imponen, nos limitan, nos estrechan la vida, y aunque migremos seguimos en las mismas condiciones, con nuestras murallas a cuestas. No creo que sea asunto de ocultarnos, sino de aislarnos.

Dos guatemaltecos en Nueva York, ¿una ciudad como esa devora la identidad de quien llega?

El Nueva York de la novela es la imagen de una ciudad grande, cosmopolita, en la que se pierden o confunden los personajes, pero ellos en realidad nunca llegan a vivir en dicha urbe, ni siquiera se describe con profusión sino superficialmente; porque los personajes siguen sujetos a la ciudad de origen, a La Antigua. Viven lejos, pero como en la patria.

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¿Todos somos una especie de migrantes en el mundo?

Mis personajes migran sin razón de ser, solo porque los demás lo hacen, pero al llegar a su destino se da el drama, uno se cruza de brazos y el otro lo asiste forzado.

Es un reto para la ficción copiar a la realidad…

De ninguna manera, la ficción es real en el plano ideal, todo lo imaginado es posible. Hay autores que parten de la experiencia empírica para construir sus historias, porque muchas veces la realidad supera a la ficción, pero yo pienso que el reto de la literatura es estar más allá de la realidad.

¿Cómo ha cambiado el ambiente literario de hace 20 años?

En Guatemala no hay ambiente literario hoy ni lo hubo en los años 90. Hay escritores cultivando amistades, pequeños grupos sociales y muchos lectores anónimos, pero ambiente como tal, enriquecedor y colectivo no existe.

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