Sin embargo, los expertos advirtieron rápidamente que los posibles beneficios de “unos kilos de más” pueden ser contraproducentes si se convierten en demasiados.
El meta-análisis de las investigaciones ofrece diferentes hipótesis para explicar esta paradoja, como los efectos beneficiosos de reservas de energía más grandes en el organismo o el hecho de que las personas ligeramente obesas podrían ser más propensas a recibir “tratamientos médicos óptimos”.
La investigación fue publicada en la revista Journal of the Medical American Association (JAMA) y supone una síntesis de 97 estudios realizados a más de tres millones de individuos en el mundo.
Los investigadores determinaron además que los sujetos cuyo índice de masa corporal (IMC, que se obtiene dividiendo el peso por la altura al cuadrado) se sitúa entre 25 y 30, considerados por tanto como con sobrepeso, tienen un riesgo de morir un 6% menor que los que tienen un peso normal (que va desde 18,5 a 25).
Para los que sufren una obesidad moderada, que se define por un IMC de 30 a 35, el riesgo de muerte es un 5% más bajo que el de las personas de peso normal, según la investigación.
Sin embargo, en el caso de los obesos cuyo IMC supera 35, el riesgo de mortalidad aumenta un 29% con respecto a los sujetos normales.
La doctora Katherine Flegal, del organismo federal de los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades (CDC), quien dirigió la investigación, ya había publicado un estudio muy polémico en 2005 que apuntaba a una relación entre el exceso de peso y una mayor longevidad.
En esta ocasión, su análisis cuenta con un mayor número de datos (2,88 millones de personas y más de 270.000 muertes) de diferentes países de América del Norte, Europa, Asia y América del Sur.
“Los pequeños excesos de tejidos adiposos podrían proporcionar reservas de energía en algunas enfermedades (…) y tener otros efectos en la salud que deben de ser estudiados a la luz de esta última investigación”, escriben en una editorial también publicada en el JAMA Steven Heymsfield y William Cefalu, del Centro de Investigación Biomédica Pennington en Baton Rouge, Luisiana (sur).
Para el doctor Thomas Frieden, director de los CDC, hay “que aprender todavía más sobre la obesidad, incluida una mejor manera de medirla”.
Mientras tanto, insiste en un comunicado que “no hay ninguna duda que el hecho de ser obeso no es sano, porque aumenta el riesgo de diabetes como adulto, las enfermedades cardíacas, el cáncer y otros problemas de salud”.
Según estadísticas del CDC, un tercio de los adultos son considerados obesos en Estados Unidos.