El ascenso meteórico del capo del narcotráfico ha servido de inspiración para un sinfín de corridos, libros y series de televisión, cada una de ellas tituladas con su famoso apodo: “El Chapo”.
Sin embargo, lo que pocos saben es que el fundador y ex jefe del Cártel de Sinaloa tuvo otros sobrenombres durante sus inicios en el mundo del crimen organizado.
Los múltiples alias utilizados por Joaquín Guzmán salieron a la luz durante su juicio en Nueva York, cuando se reveló que el narcotraficante mexicano, antes de fundar el Cártel de Sinaloa, también era conocido como “Shorty”, “Max Aragón”, “Nana”, “Apá”, “El Padrino” y “El Señor”.
A pesar de esto, el apodo con el que más se relacionaba a “El Chapo” antes de convertirse en el criminal más buscado del planeta era “El Rápido”.
Este peculiar apodo tuvo tanto impacto en la vida de Joaquín Guzmán que incluso apareció en la ficha de búsqueda que el Departamento de Estado de EE.UU. emitió en su momento contra el narcotraficante.
Según datos publicados en este juicio, “El Chapo” Guzmán, al inicio de su carrera delictiva, fue apodado “El Rápido” mientras realizaba negocios junto al Cártel de Guadalajara.
En esa época Joaquín Guzmán Loera tenía que ganarse la confianza de los líderes de esta organización criminal, por lo que lo enviaron a cerrar varios tratos con cárteles colombianos que les proveían cocaína.
Los colombianos pusieron a prueba a “El Chapo” pidiéndole que trasladara grandes cargamentos de droga a Estados Unidos en el menor tiempo posible.
Debido a su ingenio y habilidad para los negocios, el capo del narcotráfico superó las expectativas de sus jefes y logró completar esta prueba, ganándose el sobrenombre de “El Rápido”.