En una muestra que procura celebrar los registros de la artista mediante notas de prensa, catálogos, diarios, cuadernos de apuntes, cartas, objetos cotidianos y fotografías, podrá conocerse más a fondo la manera en la que Azurdia concebía sus procesos artísticos y cómo fueron mutando durante las últimas cuatro décadas del siglo XX.
Además de estos registros que dan cuenta de un “detrás de escena” de las piezas que popularizaron a la guatemalteca, la nueva exposición alrededor de su nombre también incluye una serie de publicaciones realizadas en medios de comunicación e instituciones artísticas de Guatemala, Brasil, Colombia, México y Estados Unidos.
Titulada Margarita Azurdia: un universo documentado, la exposición será abierta al público desde el 18 de noviembre del 2023 hasta el 28 de abril del 2024 en las instalaciones del espacio de arte contemporáneo La Nueva Fábrica, ubicado frente a la plazuela de la aldea Santa Ana en La Antigua Guatemala.
Con más de 150 archivos que datan desde 1963 hasta 1996, la muestra fue curada por la investigadora y crítica Rossina Cazali quien se encargó de narrar la obra de Margarita Azurdia en España hace doce meses. Un año después de aquel proyecto expositivo, la curadora extiende en Guatemala la memoria de Azurdia junto a Milagro de Amor, la asociación encargada de archivar y proteger las obras de la antigüeña quien también fue conocida como Margarita Rita Rica Dinamita, Anastasia Margarita o Margot Fanjul.
La exposición titulada Margarita Rita Rica Dinamita que tomó lugar en Madrid, dio a conocer más de cien obras de Azurdia, entre ellas, algunas esculturas de madera de la serie Homenaje a Guatemala, varias pinturas geométricas inspiradas en los textiles de Guatemala que elaboró la antigüeña durante los sesenta, así como ilustraciones, poemas y varios roperos que en algún momento transformó en altares donde el paganismo y la ternura confluían.
Para la muestra de este 2023 y 2024, la intención por amplificar la obra y nombre de Azurdia implica un acercamiento más pausado y espeso en cuanto a la lectura de textos y la observación de imágenes, así como de objetos.
“Cuando te metes a profundidad en la obra de una artista las lecturas nunca acaban. Siempre hay información nueva. En la investigación del Reina Sofía hubo una sistematización, pero en esta nueva (en la Nueva Fábrica), se ha reconfirmado la importancia del archivo, y sobre todo, uno personal que no solo te hablará del artista, sino del contexto social y artístico en el que vivió“, comparte Rossina Cazali.
La curadora expresa que esta exploración de los registros personales de Anastasia Margarita, cedidos por la Asociación Milagro de Amor, también ha permitido identificar algunos vacíos informativos sobre la artista. Entre ellos, Cazali destaca la indumentaria como una de las expresiones con las que Margarita jugaba y en las que decantaba su imaginación; algo que hasta la fecha no se ha investigado mucho sobre su vida.
De esa cuenta en Margarita Azurdia: un acervo documental que explora su universo artístico serán exhibidas algunas prendas de la artista como una chumpa con abalorios festivos que solía utilizar y que ella misma transformó. También se presentará una capa que Azurdia elaboró para su perra Lupita.
Esta nueva muestra apunta a que los asistentes puedan concebir una nueva forma de recorrer el arte, ya que no se trata de una exhibición de obras “finales”, sino de escritos, publicaciones e imágenes que dan cuenta de procesos y lecturas sobre la identidad de Margarita Azurdia.
“Vamos a exposiciones para que nos entretengan, que apuntan hacia los sentidos, pero aquí hay mucho por leer y también por ver en pantallas. Uno de los grandes aportes de la exposición es poder tomarse un respiro y ver cómo la artista no dejaba de crear, y cómo cada día era una suma de pequeños eventos creativos. Es interesantísimo cómo los tránsitos de la vida se vuelven parte de las creaciones”, señala Cazali.
Sintonía estética y narrativa
Durante la nueva exposición en La Nueva Fábrica se realizará también una suerte de exposición con obra de artistas cercanos tanto a la creación como a los tránsitos de Azurdia durante las últimas décadas del siglo XX. De este grupo destacan Luis Díaz, Daniel Schafer, Joyce Bush de Vourvoulias y Jamie Bischof.
Según apunta la curadora de la muestra, esta decisión responde al deseo de presentar nuevas coordenadas sobre el territorio artístico del país, pero también busca destapar por la duda sobre quiénes eran los interlocutores de Margarita Azurdia. Esto permitirá dar un marco de referencia generacional que despliegue elementos formales como narrativos de la época post-moderna y contemporánea del arte en Guatemala.
A propósito de esta decisión, el espacio de arte La Nueva Fábrica realizará un plan pedagógico en el que artistas locales puedan intervenir con los espectadores mediante talleres de formación para personas de todas las edades.
Se llevarán a cabo talleres de libro y collage con la artista Marcela Bulla, talleres de dibujo con observación directa con el realizador Karma Davis y una sesión de escucha a través del performance con Mena Guerrero. Para más detalles del plan pedagógico que incluye conservatorios y recorridos, se puede consultar el Instagram de La Nueva Fábrica.
“Consideramos que los artistas invitados tienen prácticas que dialogan con el trabajo de Margarita, y al mismo tiempo aportan algo nuevo y preciso a la lectura del mismo. Por ejemplo, la artista Mena Guerrero habla de la percepción y la experiencia desde las sensaciones del cuerpo y el ritual. (…) El artista Karma Davis, por su lado, reta una interpretación tradicional del dibujo, sensibilizando nuestro ojo a la línea como su propio agente”, señala Jamie Denburg Habie, cofundadora de La Nueva Fábrica.
Asimismo, la exhibición que se inaugurará el 18 de noviembre contará con una apertura de la obra inmersiva Jardín, de la artista Cecila Porras-Sáenz, la cual fue trabajada durante una residencia en la Cité Internationale des Arts, en París (Francia). Margarita Azurdia también fue residente en la mencionada ciudad francesa durante 8 años.