El intérprete protagonizó historias de abuso de drogas y alcohol que lo llevaron a suspender las grabaciones del programa. Warner apoyó a Sheen durante su recuperación, pero el actor insultó a Chuck Lorre, productor de la comedia, y por eso sí lo despidieron. Luego, Sheen emprendió una gira de monólogos en los que arremetía con sus polémicos “torpedos de la verdad”, y que no fueron del agrado de sus seguidores. Al final se le reembolsó US$100 millones tras haberle ganado en una demanda a Warner. A la serie llegó Ashton Kutcher, quien se separó de la actriz Demi Moore, luego de que el actor le fuera infiel.
También escandalizó al mundo Arnold Scharzenegger, cuando se dio a conocer a mediados del año que tuvo un romance con su empleada doméstica de origen guatemalteco, Mildred Baena, con quien tuvo un hijo al que ocultó durante años. Poco antes de esto, el actor y exgobernador de California anunciaba su divorcio de Maria Shriver, con el cual terminó 25 años de matrimonio. Sin embargo, ayer reportó el sitio de farándula TMZ.com que Shriver está considerando reconciliarse con su exmarido, por sus creencias religiosas que van en contra de las separaciones o divorcios.
Lo que parecía ser el final feliz de un cuento de hadas se convirtió en la ruptura más sonada del año para Kim Kardashian. La joven, famosa por su reality show Keeping Up With The Kardashians, celebró el 20 de agosto una muy publicitada boda de US$10 millones con el basquetbolista Kris Humphries, de quien se divorció 72 días después. Muchos especularon que la unión fue por interés comercial y para aumentar la fama de Kardashian.