En 1998 grabó en París el disco La diva aux pieds nus (La diva de los pies descalzos), al que siguieron grabaciones conmovedoras como Mar azul o Miss perfumado.
Las muestras de reconocimiento y homenaje a la artista, considerada la principal voz de Cabo Verde y una de las más importantes de toda África, continuaron ayer, especialmente en los países de habla portuguesa.
Hoy será enterrada en el cementerio de su natal isla de San Vicente, donde a los 16 años comenzó a cantar en los bares de Mindelo, para “alejar a la tristeza”.