“Rodar y distribuir una película sobre un complot para atacar a nuestro máximo líder es el acto más flagrante de terrorismo y guerra, y no será tolerado en absoluto”, afirma la Korean Central News Agency.
Kim Myong-chol, representante del máximo mandatario norcoreano, señaló que el filme es “un reflejo de lo que Estados Unidos ha hecho en países como Irak, Syria o Ucrania”.