CULTURA

Fotografía analógica en Guatemala: Así sobrevive el antiguo proceso de fotos de rollo en el país

Cada vez más, el país se distingue por ofrecer nuevas opciones de consumo en fotografía analógica, acercando a personas de distintas edades y diferentes sectores.

Fotografía analógica en Guatemala: Así sobrevive el antiguo proceso de fotos de rollo en el país

Precio, autenticidad y estilo destacan a la fotografía analógica que cada vez es más consumida por jóvenes. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

Según el portal de registros internacionales Statista, el año pasado fueron producidas alrededor del mundo 7 millones 870 mil cámaras digitales. La cifra representaba una disminución del 2.15% en comparación a 2022, cuando se registró un total de 8 millones 30 mil unidades manufacturadas. 

Lejos de lo que podría hablarnos sobre un posible decrecimiento en la industria fotográfica digital, los datos referidos también pueden llevarnos a preguntar sobre el lugar de la fotografía análoga en la actualidad.

Tanto en el mundo como en Guatemala, el uso de la fotografía análoga sigue de pie a través de un constante mercado y la obstinación de personas de diferentes edades y rangos. Esto lo sabe muy bien Hernán Chete Hernández, supervisor comercial de Fujifilm.

“La empresa pasó de recibir por mes un lote de 300 a mil 500 rollos (películas fotográficas)”, dice el comerciante. Los rollos de los que habla son tanto a color, como blanco y negro, y vienen en formatos de 35 milímetros (con 36 disparos disponibles) y 120 milímetros (con un aproximado de 16 fotos).

El entrevistado también señala que de las 20 tiendas Fujifilm a lo largo del país no hay una sola a la que semanalmente no dejen de llegar clientes buscando rollos, o pidiendo que se revelen, se escaneen o se impriman sus fotos capturadas. Del total de estos usuarios de Fujifilm, un 80% corresponde a jóvenes y el 20% restante a fotógrafos más veteranos, detalla Chete Hernández. 

Esa nueva oferta responde al gusto de las nuevas generaciones por el pasado. “Tiene que ver con una moda. Es como los discos de acetato: toda la parte artesanal es a la que se le está dando valor ahora”, cuenta Rolando Alfaro, fotógrafo y propietario del laboratorio de revelado e impresión de fotografías RAW. “Hace nueve años yo revelaba un rollo a la semana, pero hoy, por ejemplo, acabo de revelar 15 rollos”, agrega el comerciante.

Costo y originalidad

Si bien es cierto que la inmediatez no existe en la fotografía análoga, dado que para ver las fotografías capturadas se debe antes exponer todo el carrete, el precio es otro tema por considerar.

Además del rollo, que puede valer entre Q130 en Fotolab o Q140 en Fujifilm, es importante considerar el monto del revelado con químicos, así como la digitalización o la impresión de las imágenes, según prefiera cada persona.

Fotografía analógica en Guatemala: Así sobrevive el antiguo proceso de fotos de rollo en el país
La fotografía analógica implica dejarse llevar por la atención y la paciencia. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

En RAW el servicio de escaneo y revelado tiene un valor de Q150, mientras que las impresiones en Fujifilm son de Q3 por cada fotografía tamaño postal. ¿Es entonces más caro lo análogo?

“Hay una creencia que dice que la fotografía digital es más barata, pero cada disparo equivale a un dólar. Al precio de la cámara hay que sumarle tarjetas de memoria, lentes, Photoshop, un disco duro externo. Es una bola de nieve que no vimos venir”, apunta Rolando Alfaro.

Más allá de los argumentos a favor o en contra del costo analógico, también es importante subrayar la particularidad técnica. “La fotografía análoga tiene magia. La textura, el grano, el revelar... En general es un volver a las raíces de este arte”, dice Melany Aldana, presidenta de la junta directiva del Club Fotográfico de Guatemala. 

Tono Valdes, secretario de la junta directiva, agrega que la pasión por el formato tradicional sigue vigente en el club ya que hay miembros quienes han habilitado cuartos oscuros en sus hogares para revelar y ampliar imágenes. “Es algo que se guarda como una cuestión romántica. Gracias a los concursos varias personas nos cuentan sobre sus procesos”, señala Valdes.

Las colecciones de foto también han llegado a demostrar que el formato digital no lo es todo. En 2023 inauguró la plataforma y espacio de exhibición HOUSEGUEST, donde se conserva una colección de piezas elaboradas por fotógrafos guatemaltecos que utilizan formatos de 35mm y 120mm; entre ellos Jorge Chavarría, Andrés Vargas y Jennifer De León.

Para Nina Monroy y Tato “Tates” Falla —creadores de la colección— la obra de esos artistas habla con un lenguaje auténtico y especial. “Con esto nos referimos a lo delicado que es el saber leer la luz y entender a la perfección cómo funciona una cámara. Admiramos mucho a los fotógrafos que trabajan con esta tecnología. No queremos que muera ni que se apague”, concluyen los representantes de HOUSEGUEST.

ESCRITO POR:

Alejandro Ortiz

Periodista de Prensa Libre especializado en temas sobre cultura y bienestar, con 5 años de experiencia.

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