El planeta, Kepler-22b, es el más pequeño encontrado por la sonda espacial orbitando en la zona habitable -aquella donde las temperaturas permiten la vida- de una estrella similar a la de la Tierra.
Es más grande que la Tierra y todavía no se ha determinado si es rocoso, gaseoso o líquido, pero según dijo la subdirectora del equipo científico del Centro Ames, Natalie Batalha: “estamos cada vez más cerca de encontrar un planeta parecido a la Tierra” .
El Kepler ya había dado pistas anteriormente de la existencia de planetas de un tamaño parecido al del nuestro orbitando en “zonas habitables” , pero esta es la primera vez que se constata.
Asimismo, los científicos actualizaron la cifra de los candidatos a planetas, que desde que comenzó a elaborarse la lista en 2009 ha aumentado hasta 2.326. De ellos, 207 tienen un tamaño aproximado al de la Tierra y 680 son mayores que la Tierra y se denominan “súper Tierras” .
Del resto, mil 181 tienen el tamaño de Neptuno, 203 son equivalentes a las dimensiones de Júpiter y 55 son todavía mayores a Júpiter, el mayor de nuestro Sistema Solar.
Lanzada en marzo de 2009, la misión de Kepler es recoger datos y pruebas de planetas que orbitan alrededor de estrellas con condiciones de temperatura medias donde pueda existir agua líquida y, por tanto, vida.
Kepler detecta los planetas y los candidatos a planeta mediante la medición de las caídas en el brillo de más de 150.000 estrellas que observan para analizar si estos posibles planetas pasan por delante de sus estrellas, un movimiento conocido como tránsito.
No obstante, eso no es suficiente y para verificar la señal de un planeta es necesario que el observatorio capte tres tránsitos para iniciar el proceso para determinar si se trata o no de un posible planeta.