Ferrer era el presidente de la Academia Nacional del Tango, entidad que había fundado en 1990, con sede en el Palacio Carlos Gardel, en la tradicional Avenida de Mayo, a tres calles de la histórica plaza homónima.
“La mejor forma de honrar la memoria de Horacio Ferrer es con un tangazo (baile y canto a toda orquesta) en la Usina” , un centro cultural en el popular barrio de San Telmo, una de las cunas del tradicional ritmo rioplatense.
Ferrer fue un innovador en la música ciudadana y compuso más de 200 canciones, entre ellas una ópera-tango titulada María de Buenos Aires, con la composición musical de Piazzolla, otra leyenda del tango fallecido en 1992.