Según el cineasta, eso le deja en una situación en la que todas las coproducciones son positivas, porque traen más fondos, más conocimiento, mezcla cultural y porque pueden enriquecer el proyecto en sí mismo.
También agregó que las coproducciones son interesantes en el sentido de que varios fondos de varios países se ponen en beneficio de un mismo proyecto.
El gran problema en su caso, como guatemalteco, es que los fondos que aporta él vienen de su bolsillo, de manera que acaba siendo el único que corre realmente los riesgos.
De acuerdo con Bustamante, la situación para los cineastas en Guatemala es de una “debilidad terrible”, porque por un lado no existe una industria capaz en el país de autoproducirse, pero tampoco hay una industria que pueda resultar interesante a los coproductores para producir en Guatemala, al no ofrecer, por ejemplo, ningún tipo de reducción de impuestos.
Bustamante señaló, por su parte, que la “industria chiquita” que existe en la actualidad es fruto del esfuerzo de cada uno de los directores y productores que han querido hacer cine.
Como novedad aludió a creación la semana pasada de una primera mesa para discutir una ley de cine que, dijo, se imagina que puede dar pasos positivos y que por lo tanto apoyarán.
El problema, agregó es que estás pidiendo el favor a los extranjeros para que con su apoyo pueda salir adelante un proyecto, mientras el propio país no ofrece ayuda alguna.
“Pero al mismo tiempo vas creando una cinematografía guatemalteca que empieza a ser visible y conocida, y en ese momento el país quiere aprovecharse de tu cinematografía porque existe”, criticó.
Presenta su filme
El guatemalteco se encuentra en el Festival Internacional de Cine de Berlín con su cinta “Temblores”, que se exhibe en la sección Panorama, la segunda más importante del evento.
El filme narra la historia de Pablo, interpretado por Juan Pablo Olyslager, que se enamora de Francisco y decide abandonar a su familia, la cual es profundamente creyente.
La familia, no obstante, antepone por encima de todo la religión y la institución familiar, y está convencida de que la homosexualidad de Pablo es curable.
La película es “completamente actual”, aseguró el cineasta, quien reconoció haberse sorprendido por lo que propone la sociedad para curar la homosexualidad.
Bustamante cree que el hecho de recibir fondos europeos no tiene influencia sobre el resultado final de una película.
En ese sentido, se refirió a su cinta “Temblores” y al hecho de ser de un país donde se piensa que si una película se trata sobre la opresión hacia los homosexuales y las mujeres “es porque los europeos pusieron el dinero”.
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