Para su nuevo libro, Esquivel emplea una fórmula parecida a la de su primera novela, Como agua para Chocolate (1989), que la convirtió en uno de los autores mexicanos más reconocidos en el extranjero al vender más de siete millones de ejemplares y ser traducida a 35 idiomas.
Si en su gran éxito Esquivel recurrió a recetas de cocina para hilar la historia, en esta nueva novela utiliza actividades domésticas que muchos menosprecian por creer que son propias de las mujeres.
A Lupita le gustaba planchar, le gustaba chupar (beber), le gustaba lavar, son los títulos de algunos de los capítulos de este singular “thriller” sobre una policía obesa y alcohólica que es testigo del homicidio de un alcalde al que es incapaz de salvar y se da a la tarea de encontrar la verdad sobre el asesino.
“Todo lo que ella aprendió, actividades que pasan a segundo plano como las de la mamá de Lupita, que lavaba y planchaba ajeno”, le permiten tener “un ojo diferente para fijarse en las cosas que para los demás pasan desapercibidas” y que la llevan a descubrir al asesino, explicó Esquivel, de 63 años.
La autora reconoce que difícilmente superará el éxito de Como agua para chocolate, que también tuvo una taquillera adaptación cinematográfica realizada por su exesposo Alfonso Arau en 1992.
“No busco el resultado, lo que quiero es expresar. Lo que en este momento me inquieta, lo quiero compartir”, dijo Esquivel en una iluminada oficina de la editorial Santillana en Ciudad de México.