Durante las últimas semanas, sus jornadas han sido más largas, pues se prepara para el concierto que dará este 15 de abril y con el que celebrará sus cuatro décadas de trayectoria musical.
Será un recorrido por las canciones que han marcado la carrera de Galich, acompañadas de anécdotas de su vida. En total sonarán 28 temas.
“No muchos pueden celebrar 40 años de estar cantando; por ello, se me ocurrió armar un concierto como siempre lo he soñado, será una historia con las canciones que de alguna manera marcaron cambios trascendentales en mi vida”, indica Galich.
La presentación será en el Hotel Vista Real, a las 20.30 horas, y lo acompañarán Germán Giordano —guitarra—, Leonel Franco —batería—, Aroldo Taylor —saxofón—, Luis Alvarado —teclados—, Ana Lucía Sulín y Guisela Paiz —coros—. Entrada Q250.
Grandes proyectos
Vuestros pies (1973) y La mitad de mi naranja (1979) son canciones que inmediatamente se asocian al nombre de Luis Galich. Con la última melodía representó a Guatemala en el Festival OTI, en 1979. Sin embargo, después de esos éxitos musicales, el artista guatemalteco de 64 años no ha parado de componer y producir nueva música.
El compositor asegura que más de dos centenares de sus temas tienen derecho de autor, y actualmente trabaja en varios proyectos que pronto saldrán a la luz.
Uno de ellos está relacionado con las crónicas de Antigua Guatemala. Por medio de la música y el canto, Galich narra la historia de la ciudad colonial, para lo cual se sumergió en libros que le ayudaron a revivir el pasado.
“Me di cuenta de que no había ninguna canción dedicada a la Antigua, por ello decidí comenzar este proyecto”, señala.
Otro de sus trabajos está basado en los relatos del Popol Vuh. “El día que esto salga a luz será histórico, y nos dará lo que más anhelo: elementos de identidad para que nos sintamos orgullosos de ser lo que somos”, asegura.
El primer amor
A los 10 años de edad, Luis Galich tuvo su primer encuentro con la música, cuando escuchó por primera vez la voz del tenor Mario Lanza salir de un disco de acetato que daba vueltas en un tocadiscos.
“En ese momento algo pasó en mi vida, y me di cuenta que yo quería hacer música”, refiere.
Una guitarra llegó a sus manos y más tarde un acordeón, que se convirtieron en sus maestros.
Galich recuerda que su instituto fue el que lo llevó a aprender a tocar esos instrumentos.
“Yo no soy un músico académico… Soy el producto de mi experiencia, de mi dedicación y de mi estudio, y he trabajado duro para llegar a un nivel”, manifiesta.
Durante estos 40 años, el artista se ha esforzado por crear canciones positivas, temas que llevan un mensaje a quienes las escuchen y esa es su misión.
“Una de las cosas que más amo es hacer música. La amo por el gozo que me da, pero también me doy cuenta que pierdo el sentido del tiempo haciéndola”, confiesa.