La apertura al público fue precedida de una emotiva ceremonia en la que se trasladó al museo la bandera del 11S, que ondeaba en uno de los edificios del World Trade Center el día de los atentados y que fue recuperada posteriormente entre los escombros.
A lo largo de varias salas repartidas en más de 10 mil metros cuadrados de exposición, los visitantes pueden apreciar desde dos tridentes de acero que formaron parte de la estructura de la fachada de la Torre Norte hasta los restos de un camión de bomberos.
El museo, abierto casi 13 años después del 11S, no ha estado exento de polémica, desde el traslado de los restos todavía sin identificar de las víctimas a un sótano del edificio o la entrada de US$24 hasta por la apertura de una tienda de recuerdos.