“A pesar de mis fuertes deseos de ser enterrada con mi esposo, siento que le debo a los seguidores de Mickey que se le dé sepultura junto a otros miembros de la realeza de Hollywood”, dijo Chamberlin.
Rooney falleció el pasado domingo en Los Ángeles a los 93 años, después de dos años de haberse separado de la última de las ocho mujeres con las que estuvo casado.
El actor y Chamberlin contrajeron matrimonio en 1978 pero con los años surgieron las desavenencias y Rooney terminó por demandar en 2011 a ella y a su hijastro Christopher Aber por maltrato.
Rooney, cuyo patrimonio después de una larga carrera rondaba los US$18 mil en el momento de su muerte, declaró entonces que se apropiaron de su dinero y le negaban hasta la comida y los medicamentos.
Tras su muerte, Chamberlin solicitó el cadáver para trasladarlo a al cementerio que ella quería y Michael Agustine, designado en 2011 por la Corte Superior del condado de Los Ángeles como gestor del patrimonio de Rooney, buscó el amparo de los jueces para impedirlo.
Según Agustine, que cuenta con el apoyo de Mark Rooney, el actor había dicho que quería yacer en un cementerio de veteranos o en alguno de Hollywood junto con otros grandes nombres de la industria.
Agustine calificó a Christopher Aber y a su esposa de ladrones que no serían invitados al funeral, aunque sí dijo aceptar que vaya Chamberlin, con la que el actor tuvo 30 años de matrimonio.
“Ella se equivocó, pero en su defensa, es muy difícil cuando estás entre tu marido y tu hijo”, dijo.
En una vista judicial celebrada hoy en Los Ángeles, el magistrado prohibió a Christopher Aber y a la esposa de éste que hicieran acto de presencia en el funeral del actor cuya fecha aún está por determinar.