Roberto Cabrera junto a algunas de sus pinturas y obras, en el 2009. (Foto Prensa Libre: Edwin Castro)
Cabrera nació en la Ciudad de Guatemala, en 1939; estudió en la Escuela Nacional de Artes Plástica, de 1953 a 1959, lugar en el que hizo amistad con Élmar Rojas, quienes dieron vida al grupo Vértebra al que también se integró Marco Augusto Quiroa, fallecido en el 2004. “Era 1969 y nuestras propuestas con el grupo se enfocaron en hacer un arte social que denunciara, algo que supo hacer muy bien Cabrera”, resaltó Rojas.
La propuesta de Cabrera marcó con su particular estilo el mundo de la plástica local. “Fue uno de los maestros más laureados a escala nacional e internacional”, agregó el maestro Luis Díaz.
Entre su extensa producción están las amplias investigaciones sobre la cultura maya. “Roberto dejó inconcluso el tema del Rilaj Mam —Maximón—, del cual ya tenía varías páginas adelantadas. Era un documento de de 700 páginas que quería publicar”, comentó el maestro Díaz. Cabrera acudió, durante más de 30 años, en Semana Santa, a Santiago Atitlán para presenciar el ritual que envuelve a la figura del Rilaj Mam, en el área Zutujil. Otra de las características de Cabrera era su habilidad en el grabado, con el cual se incluyó en certámenes y muestras a nivel internacional.
SU MUERTE
“Al maestro lo encontraron tendido en su casa por una crisis renal. Lo llevaron al IGSS (aunque no tenía cobertura), pero ya no pudieron hacer nada por él; su muerte fue a consecuencia de su problema en los riñones”, señaló Rojas. “Es triste que artistas de la talla de Cabrera sean olvidados por el Estado”, expuso Díaz acerca de su amigo, quien indudablemente deja una huella en el arte guatemalteco, con sus obras, sus enseñanzas y su manera de representar la vida.
SEPELIO
El maestro Cabrera está siendo velado en Funerales Reforma, zona 9. El sepelio será este jueves a las 10.30 horas, en el Cementerio Los Cipreses, zona 5.
EL ARTISTA
Cabrera fue un polifacético artista guatemalteco.
Participó en la fundación, dirección, administración y promoción cultural de la Asociación de Estudiantes de Artes Plásticas, de 1957 a 1962.
Su faceta de escritor incluye las investigaciones Política de la investigación (1980), Rodolfo Abularach, un creador testimonial (1974), Consideraciones sobre la producción artística de los últimos veinte años (1979), El ser y la conciencia, Pensamiento y lenguaje, Santa Cruz Guanacaste: una aproximación a la historia y la cultura populares (1989) y José Miguel Rojas: un imaginero actual (1991).
En 1964 se inició en la docencia artística en la Escuela Nacional de Artes Plásticas, Enap, en la cual trabajó hasta 1978, y en el Departamento de Artes Plásticas de la Universidad Popular, hasta 1975.