La intervención consistirá en retirar las sucesivas capas de ese brillo amarillo, que rompen el equilibro con la oscuridad del fondo, sin eliminar ningún pigmento original.
El museo afronta así la reparación de una nueva obra del pintor italiano tras la restauración de su “Santa Ana”, un proceso que se vio envuelto en una fuerte polémica y que terminó con la dimisión de dos miembros del comité de vigilancia, “aunque el resultado final satisfizo a los expertos”, recordó el viernes último el periódico Le Figaro.
Existen varias teorías sobre la identidad de la modelo del cuadro, pintado entre 1495 y 1499, que podría ser Lucrezia Crivelli o Cecilia Galleriani, amantes de Ludovico Sforza, duque de Milán, o su esposa, Béatrice dEste.
El nombre de “La Bella Herrera” (La Belle Ferronnire, en francés) viene de una confusión con otro lienzo que supuestamente representaba a la mujer de Francisco I, rey de Francia entre 1515 y 1547, conocida por ese apodo.
El error se debe a la joya que luce sobre la frente la modelo de Da Vinci, una sortija cuyo nombre en francés es “ferronnire”.